El Papa, ejemplo a seguir en un discurso muy humano

En un momento donde la sociedad estadounidense y el propio Congreso se encuentran divididos con el tema de la inmigración, como otras naciones del mundo; el Papa Francisco ha lanzado un encendido alegato por la integración. "En los últimos siglos, millones de personas han alcanzado esta tierra persiguiendo el sueño de poder construir su propio futuro en libertad. Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes, como muchos de ustedes que son descendientes de inmigrantes", ha afirmado, levantando los aplausos de los senadores y congresistas que han asistido al histórico momento.

"Ustedes son el rostro de su pueblo, sus representantes. Y están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común", ha indicado abordando uno de los temas más polémicos de Estados Unidos, la pena de muerte. Ante todo el poder legislativo del país, "estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito".

El Santo Padre ha recordado que "el mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión", aludiendo a los conflictos en Oriente Medio."Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico. Esto nos urge a estar atentos frente a cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del   tipo que fuere. Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar".

En su discurso hizo referencia a ilustres norteamericanos como Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton para ensalzar los valores del país y concluyó su intervención, ¡Dios bendiga a América!

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