La decisión de la OPEP de mantener sin cambios la producción marca el final de un período de precios del petróleo relativamente estables desde 2010. Pero, ¿C¡cuáles son las implicaciones de esta nueva era de bajos precios del petróleo? Van der Welle apunta a tres tendencias que marcarán los mercados financieros en este escenario.
1. No todos los países de la OPEP sufrirán lo mismo.
Algunos países de la OPEP son capaces de gestionar un período prolongado de bajos precios del petróleo. "Un indicador clave es las reservas de divisas extranjeras", asegura el experto, que pone como ejemplo países como Arabia Saudita, que ha logrado amasar amplias reservas de divisas, alrededor de 750.000 millones de dólares en los últimos 10 años. "Estas reservas proporcionarán un colchón contra la reciente caída por debajo del nivel de equilibrio fiscal y permiten que el país pueda financiar el presupuesto en los próximos años", explica el experto, que señala a Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes como otros países resistentes al difícil entorno que deja la caída de los precios del crudo.
"Los países con altos precios de equilibrio, como Nigeria, Irán y Venezuela, se enfrentarán a dificultades económicas porque también tienen reservas de divisas más bajas", explica. A su juicio, unos 65 dólares sería el precio del petróleo que requiere de los países productores tener un presupuesto fiscal equilibrado. "Los precios de equilibrio se han disparado en la última década en muchos países debido a la política de incremento del gasto público de sus gobiernos", advierte.
2. Bueno para los activos cíclicos, malo para Rusia y las reservas de energía.
En general, un bajo precio del petróleo es positivo para los activos cíclicos. Según Van der Welle, "estos se benefician de un aumento del crecimiento económico mundial debido a los bajos precios del petróleo, que de alguna manera actúan como un recorte de impuestos para los consumidores, elevando su poder adquisitivo". El experto también apuesta por otros ganadores como Turquía y la India. "Son grandes importadores netos de petróleo y tienen déficit por cuenta corriente. Un precio bajo del petróleo les da más flexibilidad monetaria para estimular la economía, ya que hay menos riesgo de inflación", asegura.
Pero advierte que no todos los activos del mercado van a beneficiarse. "Obviamente para muchos activos energéticos, especialmente las empresas de servicios petroleros, los efectos son negativos. Y un bajo precio del petróleo es un claro símbolo de alerta roja para los activos rusos, dice. "El país es muy dependiente de las exportaciones de petróleo y gas y bien podría entrar en recesión el próximo año. Su moneda ya está bajo una fuerte presión debido a las sanciones económicas".
3. Positivo para los bonos, a excepción de los de alto rendimiento de EEUU.
Para los bonos un menor precio del petróleo es ligeramente positivo, porque ayuda a mantener baja la inflación, dice Van der Welle. "Puede tener implicaciones especialmente para la zona euro como importador neto de energía. Esta región tiene un riesgo de deflación, y un bajo precio del petróleo aumenta la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) recurrirá a medidas de flexibilización adicionales. Los efectos directos de los bonos del gobierno en esta región son ligeramente positivos. Pero mucho se ha descontado ya y las tasas reales hacen frente a una presión al alza".
Sin embargo, el mercado de bonos de alto rendimiento de Estados Unidos podría sufrir. A su juicio, "parte del auge del petróleo de esquisto de EEUU y el gas ha sido financiado por la emisión de deuda de alto rendimiento, que ha experimentado un incremento de cuota sobre el total del mercado estadounidenses". Así, el bajo precio actual del petróleo hace que sea más difícil de refinanciar. "Los defaults o incumplimientos por parte de empresas energéticas de los EEUU podrían aumentar la percepción de riesgo de los inversores y acarrear consecuencias en el mercado de alto rendimiento", advierte.
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