El reto de dar alas a la ‘hucha’ de las pensiones

En el documento incluido en su informe trimestral, titulado El Informe sobre el envejecimiento 2015: ¿cuál será el coste del envejecimiento en Europa?, el organismo monetario advierte de que las previsiones apuntan a que la tasa de dependencia de los mayores, es decir, el porcentaje de la población de más de 65 años sobre la población en edad de trabajar, duplicará en la zona del euro en el periodo, pasando de la tasa actual que ronda el 29%, a más del 50% en 2060.

Para José Luis Martínez Campuzano, estrategia de Citi de España, las consecuencias de estas estimaciones pasan "desde los riesgos para la sostenibilidad de las finanzas públicas hasta el crecimiento potencial. Obviamente, dos factores claves para el diseño de la política económica, más allá de la monetaria".

El BCE prevé que los costes totales del envejecimiento de la población aumenten en 1.5 puntos del PIB para el área entre 2013/2060, aunque con evidentes diferencias por países. "Por ejemplo, se prevé un fuerte aumento en Alemania (de 5 puntos) e incluso ligeros descensos en España y Francia. Bélgica será uno de los países que se enfrente a un mayor desafío en el futuro al considerar esta variable", explica Campuzano.

Los costes que incluyen esta medida son, por ejemplo, el del gasto en pensiones, que alcanza el 12,3% del PIB de la región en 2013. Pero hay más, como los costes asociados a la atención sanitaria y cuidados de larga duración. "Si hay discrepancias sobre el comportamiento del primero por países, de los dos últimos se espera aumentos de forma generalizada", explican los expertos. Otros gastos que pueden compensar el aumento es la educación y el desempleo.

Se necesitan más reformas

El BCE ha disminuido las previsiones de costes en algunos países como España por las reformas estructurales llevadas a cabo en los últimos años. Sin embargo, es evidente que la hucha de las pensiones nacional necesita más. Según un reciente informe elaborado por la consultora Towers Watson arrojan de no haber nuevas reformas sustanciales, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social española podría agotarse en 2020.

Ese es el escenario más pesimista que manejan, frente a las mejores previsiones que apuntan a 2028 como fecha clave. Para definir los tres escenarios, la consultora ha trabajado con cinco hipótesis principales: el crecimiento anual de los salarios; la tasa de revalorización anual de las pensiones; la evolución de la tasa de desempleo; la edad de entrada al sistema de cotizaciones y la edad de jubilación.

Gregorio Gil de Rozas, responsable del área de Previsión Social de Towers Watson España, explicaba entonces que "se trata de una realidad que hemos de tener muy en cuenta. El desequilibrio entre el gasto por pensiones contributivas y los ingresos por cotizaciones, incluso en las previsiones más optimistas, es grave y creciente. Es importante tomar medidas correctivas antes de que sea tarde".

Desde la firma indican que si se pretendiese mantener el nivel del Fondo en los 41.600 millones de euros con los que se cerró 2014, la rentabilidad exigida anualmente y de forma inmediata al Fondo de Reserva de la Seguridad Social tendría que ser superior al 10%. "Por otra parte, para conseguir alargar la vida del Fondo de Reserva de la Seguridad Social hasta 2027, año en que se completaría la reforma en vigor sobre las pensiones con los plazos establecidos, la rentabilidad anual exigida es también superior al 10%".

Así, y con un escenario de tipos en mínimos pese al reciente repunte de las TIRes de los bonos nacionales, parece improbable alcanzar esas rentabilidades, teniendo en cuenta que es precisamente la deuda la inversión principal del Fondo.
Avanzar en la reforma de la Seguridad Social y buscar nuevas formas de inversión para el Fondo son algunas de las medidas que desde la consultora proponen como posible solución a la negativa evolución del Fondo.
 

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