El reto de encontrar valor

Estímulos (o esperanza) y dudas (o miedo) son las dos olas que chocan constantemente en los mercados y los llenan de volatilidad. Más o menos acentuados, los movimientos bruscos de Bolsa, divisas o renta fija son ya una constante para unos inversores que han descubierto que ni la deuda es segura, y que de forma dolorosa padecen, una y otra vez, el peligro inherente a la renta variable.

Es un hecho. El fin de la guerra del pasivo y unos tipos de interés en mínimos, que restan atractivo a los depósitos, han convertido a los fondos de inversión en las estrellas de las carteras en estos años. Pero la gran prueba de fuego llega ahora para una industria que se enfrenta al reto de seguir atrayendo dinero fresco en este entorno de tipos cero.

El objetivo de los gestores es la transición hacia una oferta de gestión activa y en la que el cliente debe ser el centro del negocio, con mayor peso de la renta variable en cartera. De hecho, según los últimos oficiales, el trasvase de perfiles entre 2012 y 2015 fue más que evidente, pasando los inversores de fondos de Renta Fija y Garantizados hacia productos Mixtos y de Renta Variable, que actualmente suponen un 42% del total del patrimonio, frente al 16% de 2012.

El reto principal es acompañar al cliente en este proceso, adecuando los productos a los distintos perfiles de riesgo. Un objetivo en el que la formación de las redes bancarias y la educación financiera de los ahorradores resulta vital.

Las gestoras deben aportar soluciones. Y será especialmente difícil su relación con el cliente más conservador, siendo dos puntos clave en este sentido la especialización y un ajuste de comisiones para ‘compensar’ esa pérdida de rentabilidad por las caídas de los mercados.

Desde el sector defienden sus políticas, asegurando que "la mayoría hemos sabido ajustarnos al entorno de tipos en mínimos", especialmente en las que se aplican a los fondos monetarios y de renta fija corto plazo. "Si las rentabilidades estimadas caen, también tendremos que ajustarnos" en otros ámbitos del mercado, como los fondos mixtos", indica Asunción Ortega, presidenta de CaixaBank Asset Management.

Lo que resulta evidente es que los activos tradicionales ya no sirven para diversificar cartera. Fondos de pensiones, soberanos o aseguradoras tienen cada vez más claro que acciones y bonos presentan una correlación demasiado elevada como para ofrecer fuentes de rentabilidad diferenciadas. Así se desprende de la última encuesta de Natixis Global AM entre inversores institucionales, en la que queda claro que la gestión activa y el acceso a inversiones alternativas son claves para hacer frente a un entorno de máxima volatilidad y tipos bajo mínimos.

Tal y como advierte John Hailer, consejero delegado de Natixis Global AM para América y Asia, "en el mercado actual, las asignaciones de activos tradicionales se han convertido en un juego de suma cero". Y gestionar el riesgo en un entorno volátil con escaso rendimiento se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para los gestores.
Según la encuesta, el 90% de las entidades españolas afirma que los bajos rendimientos son su mayor preocupación a la hora de gestionar el riesgo, seguida de la generación de rentabilidades (85%) y la financiación de los pasivos a largo plazo (72%). Seis de cada 10, apuntan además que, para su entidad, "supone un reto alcanzar los objetivos de crecimiento y satisfacer las necesidades de liquidez a corto plazo".

Los expertos consideran que la presión por generar rentabilidades a corto plazo y satisfacer al mismo tiempo las obligaciones a largo, seguirán creciendo. "Las políticas monetarias expansivas mantienen los tipos de interés en niveles bajos, lo que seguirá poniendo trabas a los gestores a la hora de generar rentas estables. Las bolsas seguirán estando marcadas por la incertidumbre y la volatilidad. Además, el 69 % de los inversores institucionales considera que los requisitos reglamentarios de liquidez orientan las inversiones hacia el corto plazo y hacia activos muy líquidos", explican desde Natixis Global AM.

¿Cómo reducir el riesgo?

El 75% de los inversores españoles encuestados consideran que una forma eficaz de reducir el riesgo es aumentar el peso de los activos descorrelacionados, como el capital riesgo, la deuda privada y los fondos de inversión libre. Casi el 44% afirma que es imprescindible invertir en activos alternativos para generar unas mejores rentabilidades ajustadas al riesgo, que es su principal prioridad en 2016.

Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore, explica que aunque estas inversiones alternativas no son algo nuevo para los inversores institucionales, "están cobrando mayor importancia como una vía para gestionar mejor el riesgo y mejorar la diversificación, pero también como fuente de alfa". Según los datos de la entidad, las inversiones alternativas suponen de media apenas un 20% de las carteras de los grandes inversores encuestados en España, pero el 50% de ellos asegura que ha incrementado el uso de estas estrategias.
 

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