James Bateman, director de inversiones de Fidelity Multi Asset Los mercados se han anotado fuertes retrocesos durante los últimos días, pero seamos claros: desde la óptica de la historia financiera, esto no es nada nuevo. Sin embargo, en un mundo en el que el concepto de “corrección” casi parece extraño y en el que la bolsa se percibe desde hace algún tiempo como una apuesta unidireccional, la normalidad de un revés puede sentar peor. Pero lo que hemos visto quizá sea la mayor muestra de salud real en los mercados en mucho tiempo. La escalada propiciada por los valores tecnológicos en EE.UU. hacía tiempo que había perdido el contacto con la realidad en sus valoraciones, las perspectivas de que la inflación se mantuviera para siempre en niveles bajos no podían durar y tenemos en la Fed un presidente nuevo que todavía no se ha puesto a prueba. Sería más preocupante si los mercados no reaccionaran ante todo esto. Incluso teniendo en cuenta los movimientos recientes de los precios, la bolsa estadounidense sigue acumulando una subida en torno al 50% desde comienzos de 2016. Los movimientos actuales de las cotizaciones pueden parecer inusuales porque nos hemos acostumbrado a un entorno de baja volatilidad en el que los datos económicos han sido sistemáticamente positivos en todo el mundo en 2017. Matt Siddle, gestor de fondos de renta variable europea Los mercados han experimentado un considerable incremento de la volatilidad y una fuerte presión vendedora. Es importante señalar que existe un catalizador económico fundamental para estos retrocesos de los mercados, que no es otro que el aumento de las expectativas de inflación a raíz de los buenos datos del mercado laboral de EE.UU., no porque los datos económicos sean malos. Sin embargo, estos movimientos sirven para recordar que estamos en la parte final del ciclo y que probablemente veamos un aumento de la volatilidad a medida que se vayan normalizando los tipos de interés. El repunte de la volatilidad en los mercados se ha debido a las ventas forzadas de las estrategias clasificadas como “de paridad de riesgos” o “con objetivo de volatilidad”. Como hemos visto en un entorno marcado por una volatilidad excepcionalmente baja en los mercados, estas estrategias han aumentado su exposición a activos más volátiles (p. ej. renta variable) y también han incrementado el apalancamiento hasta niveles claramente superiores a las medias históricas. Este pico de volatilidad ha obligado a estas estrategias a reducir simultáneamente la exposición a renta variable y el apalancamiento general para no salirse de sus presupuestos de riesgo. Estas ventas se han visto acentuadas por las recogidas de beneficios emprendidas por los inversores fundamentales, ya que los mercados se han comportado excepcionalmente bien y las valoraciones parecían excesivas. Ahora que los tipos están subiendo, los cambios en las tasas de descuento pueden alterar el atractivo relativo de las valoraciones de los bonos frente a las acciones. Una pregunta clave es cuánto podría durar esta oleada de ventas. Creo que si el causante principal es el impacto de tipo técnico derivado de los fondos de paridad de riesgos, entonces podría durar poco. Si se generaliza, entonces podríamos ver una corrección más prolongada y dependerá mucho de las ganas que tengan los inversores con dinero aparcado de “comprar con las caídas”. Desde la perspectiva del fondo, lo que hago es centrarme en la protección contra los descensos a largo plazo y la estrategia no está diseñada para reducir especialmente la beta ante los movimientos a corto plazo de los mercados. Así, no creo que el fondo consiga destacar especialmente durante una corrección de muy corta duración. Sin embargo, si lo que ocurre es que reaparecen la volatilidad económica y la versión al riesgo, entonces cabe esperar que mi énfasis en las empresas de calidad y la protección frente a caídas me permita conseguir unos resultados significativamente superiores. Yee Kok Wei, gestor de fondos de renta variable japonesa El inusual batacazo de los mercados estadounidenses de ayer y el descenso similar registrado por el Nikkei ofrecen una buena oportunidad de compra a los inversores. La coyuntura económica general sigue siendo buena y los beneficios empresariales conocidos hasta ahora han sido sólidos. Este descenso de los mercados probablemente sea de carácter técnico y tenga un origen cuantitativo/algorítmico. Los mercados han mostrado una inusitada fortaleza, con movimientos al alza constantes desde comienzos de año. Algo de volatilidad como la que estamos viendo es sana, en mi opinión. No me sorprendería si este episodio queda pronto superado y los mercados alcanzan nuevos máximos en algún momento de este año. Catharine Yeung, directora de inversiones del área de renta variable asiática Los inversores fundamentales terminaron la semana pasada un tanto preocupados por los datos procedentes de EE.UU. y el fuerte repunte de los rendimientos de los bonos. Hemos venido diciendo que las expectativas de inflación y crecimiento salarial del consenso nos parecían demasiado bajas y podían sorprender al alza, influyendo de este modo en la tendencia de las subidas previstas de tipos. Si tomamos cierta distancia y adoptamos una perspectiva más general, aunque se ha producido una corrección acusada en el Dow Jones, el S&P 500 ha regresado a los niveles que presentaba a comienzos de año. Y la renta variable asiática sigue mostrando avances en su mayor parte y las acciones de Hong Kong están aguantando bastante bien gracias a los volúmenes de negociación que fluyen hacia el sur a través de Stock Connect. Como inversores a largo plazo con enfoque ascendente, somos conscientes de que la presión vendedora actual es de naturaleza más sistemática que fundamental. Los inversores deberían mantener la calma y fijarse en las perspectivas a largo plazo desde una óptica fundamental. No obstante, los inversores siguen apostando claramente por la bolsa y la volatilidad va a aumentar, por lo que podríamos ver más periodos con fuertes ventas.
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