Tanto el BCE como el BoJ busca que los millones y millones inyectados al sistema financiero fluya a la economía real. Para ello, aparte de rebajar los tipos de interés a mínimos históricos, penaliza a las entidades por depositar capital en sus arcas. Durante varios años, el sector recibía ingentes cantidades de dinero barato a través de programas de los bancos centrales y lo dejaban en el BCE para obtener una rentabilidad garantizada para fortalecer balance. El BCE pensaba que este dinero tarde o temprano llegaría a los ciudadanos vía crédito, pero no está siendo así.
En esta circunstancia Mario Draghi ha seguido al Banco de Japón para poner tasas negativas a los depósitos para forzar a las entidades a conceder más préstamos. Sin embargo, las medidas están ahogando la rentabilidad de los bancos y están valorando opciones inimaginables para evitar más pérdidas por su capital, ya castigado por las exigencias regulatorias.
En Alemania el Commerzbank, controlado en un 17% por el Estado, se plantea guardar el dinero en el "colchón". Lo custodiará en sus propias instalaciones, según informa Reuters para evitar la penalización del BCE.
Por su parte, la mayor entidad de Japón Bank of Tokyo Mitsubishi UFJ ha renunciado a ser creador de mercado de la deuda japonesa para compensar las pérdidas de su capital en el banco central.
Algunas cajas de ahorros de Baviera han explorado también el almacenamiento de dinero en efectivo, mientras que el presidente ejecutivo de Munich Re, Nikolaus von Bomhard, ya ha avisado de que la reaseguradora podría probar con mantener al menos unos 10 millones de euros de sus reservas en efectivo.
hemeroteca