El apoyo del Banco Central Europeo (BCE) a través de su programa de compra de deuda (QE) y la relativa desconfianza que despierta la renta variable, tras su escalada veraniega y ante los riesgos que supone la Reserva Federal (Fed), empuja a los inversores al mercado de deuda, a pesar de las yields mínimas o por debajo de cero que se amplían un día sí y otro también.
No importan las advertencias sobre ralentización de crecimiento o la incertidumbre política de España, pues con unos inversores ‘entre la espada y la pared’, el Tesoro vuelve a vender Letras a tipos más bajos.
En concreto, ha vendido 400 millones en papel a tres meses con una rentabilidad media del -0,423%, por debajo del 0,351% previo. La demanda, por su parte, se ha situado en 7,4 veces la oferta (5,7 veces en la operación anterior).
Asimismo, ha adjudicado 2.610 millones de euros con una caída del interés hasta el -0,272%, desde el -0,256% previo. Mientras que la demanda ha superado en 2,4 veces la oferta (1,9 veces anterior).
El organismo volverá a apelar a los mercados en octubre, con sendas subastas de Bonos los días 11 y 18, y de Obligaciones el seis y el 20.
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