En la última EPA, se constató que la creación de empleo se está focalizando en trabajos temporales. El total de asalariados con contrato indefinido descendió en 18.900, mientras que el de asalariados con contrato temporal aumenta en 205.500. Este tipo de contratos está teniendo consecuencias en la estructura salarial del mercado de trabajo.
Según un informe de CCOO sobre la distribución de salarios, indican que la retribución más baja de los trabajadores madrileños se concentra en contratos de trabajo a tiempo parcial. El 90% de quienes se encontraban en el peldaño salarial más bajo tenían un contrato a tiempo parcial. Un tipo de contratación que ha aumentado un 43% en los últimos años y que representa ya el 23% del total. El número de trabajadores con jornada parcial bajó en el tercer trimestre un 2,14% hasta los 2,82 millones de personas. En los últimos doce meses, este tipo de trabajo se ha incrementado en un 4,8%. Lo más preocupante es que el peso de este tipo de jornadas gana peso en el mercado laboral. La tasa de temporalidad pasa del 15% al 15,24%.
En el periodo analizado por el sindicato, Los ocupados con empleo a tiempo completo se reducen en 305.724 ocupados, una variación del -14%, mientras los ocupados con jornadas a tiempo parciales incrementan en 163.613 ocupados, una 43% más.
La consecuencia es que entre los años 2007 y 2013, la proporción entre el salario más alto y el más bajo pasó de 8 veces más a 11. Esta la relación que hay entre los 4.737 euros del sueldo más alto y los 436 euros del más bajo.
El documento destaca que los "trabajadores no cualificados» pierden presencia en la estructura del empleo; las ocupaciones cualificadas (directivos y técnicos) ganan presencia en el mismo período. Es decir, la estructura del empleo báscula a favor de las ocupaciones ‘más cualificadas’ una tendencia hacia la dualización del mercado de trabajo entre puestos de trabajo cualificados y no cualificados.
Los niveles salariales más bajos se corresponden con las tasas de temporalidad contractual más altas. Esto se ve en sectores como la hostelería, actividades sociales, comercio, construcción y servicios empresariales. Y a la inversa, los mayores niveles salariales se corresponden con las tasa de temporalidad más bajas: intermediación financiera, producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua, e industria extractiva.
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