El tren que podría haber perdido el Banco Central Europeo

En base a datos de ciclos previos, el Banco Central Europeo ya habría subido su tipo de interés de intervención a estas alturas, explica LaRusse: “El presidente Draghi no tardará en querer normalizar tipos, o al menos alejarse de un tipo básico del 0%. En Europa, los indicadores económicos son excelentes y todo el mundo profesa bastante confianza. ¿Qué significa esto para los tipos de interés europeos? Incluso a los gestores de deuda nos encantaría ver subir el precio del dinero.” Históricamente, cuando Estados Unidos comienza a subir sus tipos de interés, las demás economías hacen lo propio de seis a nueve meses después. Esta vez, esto todavía no ha ocurrido. LaRusse se pregunta: “¿Qué llevará al BCE a actuar? Existe el riesgo de que, al temer una recaída de la economía, se le haga tarde a la entidad.” La especialista de producto admite que a los mercados de renta fija les ha encantado este periodo de tipos de interés bajos, pero añade que los tipos de intervención anormalmente reducidos de hoy en día obligan a los inversores a correr cierto riesgo meramente para no quedarse atrás. En la cuerda floja Según LaRusse, el único mercado que ha estado cerca de normalizar sus tipos de interés y su política monetaria es Estados Unidos. Sus oficiales son muy cuidadosos a este respecto, utilizando el término «normalizar» en lugar de «endurecer», para no asustar a los inversores. El presidente Trump desea reforzar más si cabe el crecimiento, pero si logra que se apruebe su plan de recorte de impuestos, estimulará a una economía que no forzosamente lo necesita. En tal caso, el país podría encontrarse con bastante inflación en sus manos, afirma LaRusse. Este es el verdadero temor para los mercados: que la economía estadounidense crezca excesivamente y genere demasiada inflación, obligando a la Reserva Federal a subir tipos con mayor rapidez de la debida. “La flexibilización cuantitativa (QE) ha sido fantástica en cierto modo, y los inversores han obtenido una buena rentabilidad de un activo que casi no tiene riesgo de incumplimiento (la deuda pública). No obstante, la actuación de los bancos centrales ha generado una falta de liquidez en el mercado, con lo que estos han sustituido un problema por otro. Todo se ha distorsionado, y muchos activos son actualmente caros”, añade. Tras años de repuntes de la renta fija, LaRusse afirma que es difícil encontrar valor en los mercados de crédito o de deuda pública. Ante tal trasfondo, considera que los vehículos con flexibilidad para tomar posiciones cortas son deseables. Su conclusión: “Actualmente existen singularidades en los mercados de renta fija: el treasury estadounidense a 10 años presenta la misma rentabilidad al vencimiento (TIR) que los bonos high yield europeos, que presentan un riesgo de incumplimiento significativamente más elevado. En este entorno, la capacidad de adoptar una duración negativa y de tomar posiciones cortas puede ayudar a los inversores en deuda”.

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