Cuatro millones de turistas visitaron Cuba en el año 2016, una cifra récord para la isla que ha superado las previsiones del Ministerio de Turismo, que esperaba 3,7 millones de visitantes extranjeros. Esta cifra supone también que Cuba recibió un 13% más de turistas que en el año 2015, según informa la agencia de noticias ADP. Y en este crecimiento ha influido decisivamente una mayor llegada de turistas europeos y estadounidenses. Según los datos difundidos por el Ministerio cubano, entre enero y julio de 2016 llegaron a la isla 137.000 turistas estadounidenses, un 79,7% más que en el mismo periodo de 2015. Sin embargo, sigue siendo Canadá el primer país emisor de turistas que visitan Cuba, seguido de países como Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña o España. Para 2017, las previsiones cubanas apuntan a volver a batir récords y alcanzar los 4,1 millones de visitantes. Este repunte en las cifras estadounidenses llega tras dos años de negociaciones entre Washington y La Habana promovidas por el saliente presidente Obama. Referentes al turismo, el deshielo entre ambos países consiguió restaurar, en mayo de 2016, los cruceros procedentes de Estados Unidos hacia Cuba. En ese mes, el Adonia llegaba a La Habana procedente de Miami. El otro gran paso: recuperar los vuelos regulares entre ambos países, interrumpidos desde 1961. En agosto de 2016, el vuelo 387 de JetBlue despegaba de Florida para aterrizar en Santa Claba, Cuba. En junio, el Departamento de Transporte estadounidense concedió licencias a seis aerolíneas del país para viajar a distintas ciudades de Cuba, aunque todavía no a La Habana. Sin embargo, tanto los cruceros como los vuelos comerciales no significan que los estadounidenses tengan ya vía libre para visitar Cuba. Oficialmente el turismo no se encuentra dentro de las consideraciones por las que se permite a los estadounidenses viajar a Cuba, entre las que se incluyen, por ejemplo, viajes culturales o religiosos. Sin embargo, han sido dos grandes pasos hacia la consolidación del deshielo que han contribuido a la cifra histórica del turismo cubano en 2016, ya que, hasta ahora, viajar desde Estado Unidos a Cuba en avión suponía tener que hacer escala en un tercer país o contratar vuelos chárter con un alto precio. Las dudas sobre el futuro Que el ritmo de crecimiento de los turistas estadounidenses siga en auge depende ahora de un solo un hombre. El presidente electo, Donald Trump, ya afirmó durante la campaña que revisaría y pondría nuevas condiciones a todos los entendimientos alcanzados entre Obama y el Gobierno de Raúl Castro. Y a este interrogante se suma la reciente muerte de Fidel Castro, que abre un nuevo capítulo para la isla. Para Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), todo dependerá de la futura relación entre Putin, Raúl Castro y Trump. Malamud afirma que “probablemente” Castro se ha “cuidado mucho” de no hablar sobre Donald Trump “por recomendación rusa”. “La relación entre Trump y Putin no es una relación cordial, pero tampoco es crispada”, afirma el experto, por lo que incide en que la inminente entrada de Trump en la Casa Blanca deja en suspense todas las posibles opciones sobre el futuro cubano. Donald Trump ha prometido durante su campaña revertir el acercamiento a La Habana, para lo que incluyó en su equipo a figuras partidarias de mantener el embargo a la isla. Solo el Congreso estadounidense tiene poder para levantar el embargo, aunque Barack Obama ha tratado de blindar sus últimas medidas de acercamiento al país antes de su marcha de la Casa Blanca. Así, Obama emitió una directiva presidencial para “consolidar” los avances e intentar que sean “irreversibles” y hacer más complicado que el nuevo presidente deshaga el camino andado acerca del deshielo. El reto de la modernización Para Malamud, es “probable” que el ritmo de crecimiento en el turismo se consolide, “aunque hay un techo en el corto plazo: las infraestructuras”. El Gobierno cubano afirma que se construirán 108.000 nuevas habitaciones hasta 2030 para acoger el nuevo flujo de turistas. Además, en la “Cartera de Oportunidades de Inversión Extrajera” presentada por el Gobierno, infraestructuras y turismo serán dos de los 15 sectores en los que la isla quiere atraer hasta 9.505 millones de dólares (8.930 millones de euros).
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