Emergentes: compensación por riesgo y valoración convincente

Los bancos centrales redoblaron sus apuestas por las políticas monetarias ultra-acomodaticias, especialmente la Reserva Federal (Fed), el dólar se debilita (reforzando las divisas emergentes) y el Banco Central Europeo (BCE) ‘disparó’ un nuevo arsenal de estímulos. Al mismo tiempo, se relajan las preocupaciones en torno a la desaceleración de China y a la devaluación del yuan, mientras Brasil apunta a un posible cambio de gobierno que mejore la confianza inversora. Y, como ‘guinda del pastel’, las materias primas logran estabilizarse.

El coctel perfecto para los mercados, especialmente los de los países en desarrollo contra los que impactaban con más fuerza todas estas incertidumbres. La renta variable carioca es una de las que más escala en lo que va de año, mientras que los emergentes europeos se anotan casi todo retornos de doble dígito, con Turquía a la cabeza y destacando también Rusia. La historia de África es ‘mixta’, con avances en Sudáfrica (de la mano de los metales y el rand) y peor comportamiento en Nigeria y Egipto. El sudeste asiático (Tailandia, Malasia e Indonesia) despunta en la región, mientras China e India se mostraron más débiles.

El sentimiento ha mejorado respecto a los emergentes y son muchas las grandes gestoras y analistas (PIMCO, Saxo Bank, BlackRock o Franklin Templeton…) que subrayan la oportunidad que supone la inversión en estos activos. Sin embargo, la cautela prevalece. Así, el Fondo Monetario Internacional (FMI) insiste en recomendar a estas regiones diversificar sus economías, flexibilidad y profundización financiera para mejorar las perspectivas de consumo e inversión, cubrir el déficit de infraestructuras en un entorno de sostenibilidad de la deuda.

Desde Citi hablan de una "estructura económica rota", esto es, "la necesidad de reducir su dependencia a la demanda de China en algunos casos y/o la necesidad de reducir la estructura de producción volcada en la exportación de materias primas. Pero esto no es fácil, aunque siempre es una ayuda que las condiciones financieras mejoren en un contexto de entrada de inversión internacional. Aunque sea de corto plazo", explica su estratega en España, José Luis Martínez Campuzano.

En este contexto, Natixis Asset Management se mantiene infraponderada en renta variable emergente, pero incrementa su exposición a deuda soberana, local y divisas. Estos activos llaman también la atención de ETF Securities, donde "los inversores están siendo sobrecompensados por el riesgo de impago en el mercado, lo que representa una oportunidad de compra".

Concretamente, estos analistas señalan que "el margen de rendimiento de los bonos de mercados emergentes sobre los alemanes se situó en el 4,6%" y destacan, asimismo, que la rentabilidad de los primeros muestra una menor volatilidad que el high yield estadounidense. "Por el contrario, los rendimientos de los mercados de valores oscilan alrededor de 0%, y el spread de los bonos corporativos de Estados Unidos sobre los bunds se sitúa en el 3,1%. Invertir en deuda emergente, en nuestra opinión, continúa siendo convincente, dado que las valoraciones parecen baratas".

Por otra parte, añaden, el incremento de la demanda de la renta fija emergente, "también tendrá un impacto positivo en las monedas de estos países". Así, apuntan, "partiendo de la premisa de que los inversores buscan retornos en las economías de alto crecimiento y baja inflación, las divisas asiáticas emergentes parecen las mejor posicionadas en 2016. Sin embargo, también parecen estar sobrevaloradas y desde una perspectiva de valoración creemos que los países europeos emergentes son una mejor opción, ya que tienen niveles relativamente bajos de deuda en comparación con sus homólogos de Latinoamérica y Asia".

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *