Emprendiendo en digital

Nos enfrentamos a un mundo cada vez más globalizado y digital donde todo pasa de manera más rápida e inmediata. El periodo de crisis ha avivado el ingenio, y por ende, las oportunidades de lanzar nuevos negocios donde muchos de ellos tienen una marcada base tecnológica.

Quizá las actuales variables de entorno pueden considerar como poco propicias para emprender, sin embargo, muchas personas consideran los periodos de dificultad como tiempo de grandes oportunidades.

Está demostrado que a largo plazo el emprendimiento impacta en la sociedad y economía de los países con importantísimos efectos sobre innovación, generación de competitividad y de empleo. Esta convicción estimula la promoción de programas de emprendimiento que, junto al desarrollo de la sociedad de la información, permite el nacimiento de un nuevo emprendedor digital. La conjunción de ambos aspectos y el uso de las nuevas tecnologías permiten emprender nuevos negocios de manera más agil y eficiente, impulsando proyectos que exigen bajos niveles de inversión inicial, pero que con un enfoque global permiten crecimientos potenciales muy significativos.

El "emprendimiento digital" se diferencia, principalmente, en que la aventura empresarial se fundamenta sobre una idea de base tecnológica, aunque son muchos más los puntos en común que se comparten con el emprendimiento tradicional, que además pasan por ser los más críticos. La principal cualidad que define a cualquier emprendedor es su actitud; una actitud de audacia, de progresar ante las dificultades y perseverar ante los fracasos. Estas habilidades emocionales son más determinantes en el éxito que el conocimiento del sector o los contactos.

Si como complemento a esa actitud disponemos de un plan de negocio que permita poner orden a la hora de emprender, tendremos los ingredientes fundamentales para seguir adelante con éxito. El plan de negocio permitirá identificar si el proyecto es viable, y por encima de todo, si el proyecto es financiable. Muchos emprendedores encuentran aquí su talón de Aquiles, su proyecto si es viable pero no financiable.

En opinión de inversores expertos existen varios requisitos imprescindibles que hacen atractivo un proyecto de emprendimiento:

1. Equipo convincente. A menudo los inversores no financian un proyecto sino un equipo de personas.

2. Visión Global

3. Lean Startup. Think big, start small

4. Negocio fácilmente escalable

5. Gran potencial de Desarrollo

Aunque el proyecto obtenga propuestas de financiación, se debería mirar más allá del puro acuerdo financiero. El equipo inversor no solo deberá aporta capital, sino que tendrá que aportar otras cualidades, dado que es el compañero de viaje que se ha elegido para desarrollar el negocio.

Tener una idea de negocio es importante, aunque la gran mayoría de ideas que triunfan ya han sido creadas. No obstante, existen ideas de negocio que son disruptivas, pero innovar demasiado pronto puede conllevar muchas tensiones financieras que una startup habitualmente no podrá soportar.

Es más fácil que este tipo de innovación se produzca en grandes empresas que pueden financiar estas iniciativas, muchas veces a través de la propia adquisición de estas startups. Recientemente está proliferado la figura de las incubadoras en empresas multinacionales que promueven el emprendimiento alrededor de las mismas, conocedoras de que las ideas innovadoras provienen mayoritariamente de fuera del entorno corporativo. Estas empresas están comprendiendo la importancia de emprender en equipo y de como el talento se multplica en conjunto "Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado".

Sin embargo, debemos de ser objetivos cuando se refiere al éxito de estas iniciativas, porque es verdad que ser y sentirse emprendedor tiene un aura increíble, pero no deja de ser menos cierto que las estadísticas arrojan cifras demoledoras que nos hacen relativizar esa idea romántica alrededor de las startups.

Solo un 10% de las startups lanzadas superan los tres años de vida, tiempo en el que se pasa de la financiación de amigos y familiares (FFF) a una financiación más profesionalizada, a través de inversores privados o pequeñas empresas de capital riesgo.

Así, es posible señalar que las principales causas de mortalidad son:

– "Escalar demasiado pronto". Comenzar a contratar y a gastar dinero antes de tener algo que la gente quiera realmente comprar.

– No explicar correctamente el modelo de negocio a inversores o al mercado.

– Dificultades de financiación continuada para emprendedores que buscan nuevas formas de financiación.

Ante esta situación nacen distintas figuras como los business angel o family offices, inversores personales o empresas de inversión familiar, dispuestas a invertir en empresas, así como modelos de financiación masiva (crowdfunding), que permiten, gracias a las redes sociales, financiar proyectos.

Cuando se habla de emprender es inevitable hablar del fracaso, así como de las connotaciones culturales que esta palabra implica en diferentes sociedades; Si bien hay culturas que suelen estigmatizar al emprendedor que fracasa, en muchas otras es un requisito buscado en los emprendedores que hayan experimentado el fracaso y que hayan adoptado una actitud de volver a intentarlo.

La clave es la actitud ante el fracaso. Se debe entender y aceptar el fracaso como parte intrínsica al proceso de emprendimiento. Como menciona Edison, "¿Fracasos? No sé de qué me habla, ahora ya conozco mil maneras de no hacer una bombilla".

En definitiva, emprender en digital, significa emprender en low cost; permitiendo comenzar con una inversión inicial "humilde" y crecer conforme crecen los ingresos de la compañía apalancandosé en las nuevas tecnologías.

Los emprendedores no van a salvar las economías de los países en el corto plazo, pero sin duda son la pieza esencial para el cambio cultural sobre el emprendimiento e innovación para modificar el ecosistema empresarial a largo plazo en cualquier economía. Ya en muchos países se está produciendo un cambio de paradigma en el que los nuevos profesionales que se incorporan al mercado de trabajo, no quieren incorporarse a las denominadas mejores empresas, sino que quieren crear las mejores empresas del futuro. Este es el mejor síntoma para la evolución y desarrollo de las economías de los países que hayan adquirido ese compromiso.

Pedro Irujo, vicepresidente comercial de Neoris EMEA 

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