El fabricante de redes y equipos de telecomunicaciones Ericsson ha obtenido un beneficio neto de 2.585 millones de coronas suecas (253 millones de euros) durante el segundo semestre del año, que se traducen en un aumento del 40% con respecto al mismo periodo del año anterior. Esta cifra viene a confirmar el impacto "limitado" de la pandemia en el grupo, cuyas ventas también se han incrementado un 1% entre los meses de abril y junio, hasta los 55.578 millones de coronas suecas (5.377 millones de euros).

En esta línea, los ingresos operativos sin incluir gastos de reestructuración, se situaron en los 4.500 millones de coronas suecas (435 millones de euros) y asegura que, con la visibilidad actual, se mantienen los objetivos financieros del grupo para 2020 y 2022.

Por su parte, mientras que la facturación del negocio de redes se incrementó un 1% en el segundo trimestre, el área de servicios digitales experimentó una reducción del 5% de sus ingresos.

"Mientras nos preparamos para salir de la crisis causada por COVID-19, es necesario reiniciar las economías y realizar inversiones estratégicas y prospectivas que sugerimos que incluyan la infraestructura digital futura. Vemos que muchas regiones de todo el mundo aumentan las inversiones en este espacio y, como empresa europea, nos preocupa que Europa se quede atrás", comenta el presidente y CEO de Ericsson, Börje Ekholm, quien también ha incidido en la importancia del 5G como un "determinante clave" para la competitividad a largo plazo de la economía en general.

"Estamos listos para cumplir con las promesas del 5G, en base a nuestra cartera y a un balance sólido. Seguimos siendo positivos en las perspectivas más a largo plazo. Algunos clientes están acelerando sus inversores, mientras que otros son temporalmente cautelosos".