La rehabilitación energética en hogares vulnerables puede reducir hasta un 12% la pobreza energética oculta, que es aquella que indica si el gasto energético de un hogar con bajos ingresos es inferior al requerido para hallarse en una situación mínima de confort. Es una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por el Instituto […]
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| 28 jun 2023
La rehabilitación energética en hogares vulnerables puede reducir hasta un 12% la pobreza energética oculta, que es aquella que indica si el gasto energético de un hogar con bajos ingresos es inferior al requerido para hallarse en una situación mínima de confort. Es una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por el Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Comillas a partir de las actuaciones realizadas por Fundación Naturgy en viviendas de familias en situación de vulnerabilidad a través de su Fondo Solidario de Rehabilitación Energética.
La rehabilitación energética constituye una medida estructural en la lucha contra la vulnerabilidad energética y ha sido, desde 2018, el eje principal de actuación de Fundación Naturgy para contribuir a paliar esta situación que afecta a miles de familias en España. La fundación de la compañía energética, junto a administraciones públicas y entidades del Tercer Sector, ha implementado diferentes tipos de intervenciones en más de 3.600 hogares vulnerables desde entonces, unas medidas que se conocen como “rehabilitación exprés” y que son más sencillas de ejecución, ya que no implican que las familias deban abandonar sus viviendas mientras se realizan.
A fin poder medir su impacto, el Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Comillas ha realizado un estudio, presentado hoy en Madrid, que confirma que además de reducir la pobreza energética oculta en un 12%, este tipo de actuaciones ha permitido disminuir la brecha de pobreza.
El investigador de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, Roberto Barrella, explicó hoy que, para elaborar el estudio, se ha utilizado un indicador de pobreza energética que tiene en cuenta no solo el gasto energético del hogar, sino también los ingresos. En este sentido, el indicador utilizado muestra que la pobreza energética oculta disminuyó significativamente tras la realización de la rehabilitación exprés, pasando de tener un 89% de hogares en esta situación de vulnerabilidad energética a un 79%. “Tras las intervenciones exprés se produce una reducción del 12% de la incidencia de la pobreza energética oculta en el conjunto de hogares analizados”, asegura Barrella.
Tal y como señala el estudio, una de las principales causas de la pobreza vinculada a la energía es la baja eficiencia energética de las viviendas, una circunstancia que afecta mayoritariamente a las familias que padecen esta problemática social. En este sentido, los expertos indican que la brecha de pobreza energética, es decir, la diferencia entre la mitad del gasto energético requerido de un hogar y el real, ha pasado de 423€ a 313€ al año.
Ambos indicadores demuestran, según el estudio, la efectividad de este tipo de intervenciones para reducir la pobreza energética sin que las familias pierdan el nivel mínimo de confort en su hogar.
Barrella explicó que “la reducción mayor de brecha de pobreza energética se verifica en los hogares donde se implementaron las tres medidas teóricamente más efectivas, las de mayor ahorro teórico”. También destacó como otra de las principales conclusiones de la investigación, que “el cálculo del ahorro real generado por las medidas destapa un posible efecto rebote de las mejoras del aislamiento de la vivienda”.
En cuanto a las medidas analizadas más efectivas que señala el informe en términos de porcentajes de hogares que salen de la pobreza energética oculta, destaca la sustitución de electrodomésticos, con una disminución del 25% del gasto, seguido de la sustitución del sistema de calefacción o ACS, que garantiza una reducción del 20%.
Por otro lado, si se compara la brecha de la pobreza energética antes y después de la intervención, la medida más efectiva es la sustitución de vidrios y carpintería (reducción del 45%), seguida por la sustitución del sistema de calefacción o ACS (35%) y el cambio de electrodomésticos (22%).
Barrella destacó que “los beneficios generados por el Fondo Solidario de Rehabilitación Energética de Fundación Naturgy alientan a la sociedad a seguir potenciando la colaboración entre entidades para crear redes solidarias que eviten la cronificación de la pobreza energética en España”.
Por su parte, el también investigador de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas y coautor del estudio, José Carlos Romero, explicó que “la reducción mayor de brecha de pobreza energética se verifica en los hogares donde se implementaron las tres medidas teóricamente más efectivas” que se describen en el estudio.
Rafael Villaseca, presidente de Fundación Naturgy, destacó en la apertura de la jornada que “la realización de este estudio es un primer paso para el desarrollo de metodología de medición de impacto de las rehabilitaciones que llevamos a cabo con recursos del Fondo Solidario de Rehabilitación Energética, lo que nos permitirá tener más visibilidad de los beneficios que esta iniciativa tiene para seguir contribuyendo a paliar la vulnerabilidad energética”.
Por su parte, la directora general de Fundación Naturgy, María Eugenia Coronado, destacó que “medir es fundamental, porque si no es imposible focalizar mejor los recursos, que siempre son escasos”. Coronado recordó que la rehabilitación exprés en la columna vertebral del Plan de Vulnerabilidad de Fundación Naturgy y destacó la importancia de que estudios como el presentado hoy hayan aflorado la importancia de tener identificada la pobreza oculta, lo que muestra que “la rehabilitación exprés funciona”.
La presentación del estudio “Evaluación del impacto de la rehabilitación exprés en la pobreza energética: casos reales” tuvo lugar hoy en un evento que contó con la participación del subdirector general de Eficiencia en el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Jacobo Llerena, que definió la rehabilitación exprés como una “medida quirúrgica y una inversión inteligente”. Llerena explicó que desde el Gobierno “llevamos años destinando mucho dinero al colectivo de consumidores vulnerables de forma coyuntural, pero hay que dar un paso más a medidas estructurales como la rehabilitación exprés”.
En relación al estudio presentado hoy, Llerena puso en valor la importancia de las métricas “para tener datos y hacer una inversión inteligente”. En este sentido, destacó como mecanismo de financiación el Fondo Social para el Clima de la UE, que tiene como objetivo apoyar a los ciudadanos y empresas más vulnerables afectados por la ampliación del régimen de comercio de derechos de emisión a los sectores de los edificios y el transporte, que prevé ayudas de 65.000 millones que deberán ser completadas con ayudas estatales hasta los cerca de 87.000 millones.
La responsable de Proyectos Sociales e Internacional de Fundación Naturgy, Ester Sevilla, explicó que “a pesar de que en 2022 publicamos un primer análisis sobre los beneficios de la rehabilitación exprés en hogares vulnerables, hasta la fecha no se había llevado a cabo una cuantificación del impacto positivo en la economía doméstica de las familias beneficiadas y, en particular, en su situación de pobreza energética”.
Por su parte, Carmen Sánchez-Guevara, doctora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid, explicó el proyecto EPIU-Getafe, que se está desarrollando en la ciudad madrileña, y afirmó que “estamos teniendo que enfrentarnos a lo urgente, como la optimización de facturas o ventanas que no cierran, en vez de a lo importante, como las estrategias pasivas en el parque inmobiliario a largo plazo”.
Guillermo Borragán, investigador de VITO Energy Ville, expuso cómo el proyecto streamSAVE examina el impacto de las políticas de mejora de la eficiencia energética dirigidas a los hogares en situación de pobreza energética, que tienden a consumir menos energía en general. “Esto contrasta con el efecto rebote, que explica los patrones de sobreconsumo que a menudo aparecen después de las mejoras en los edificios”, según Borragán.
En la presentación del estudio también participó Lara Alba, coordinadora territorial de EAPN España, que explicó que, a la hora de medir, “hay que subrayar la dificultad para encontrar cierta estabilidad residencial del colectivo en situación de exclusión; el gran desconocimiento sobre los productos contratados, facturas y equipos; y el hecho de que en las viviendas de alquiler mantienen principalmente la titularidad de las facturas los arrendadores”.