Desde la infancia, Gloria Gubianas (24 años) tenía muy claro que quería estudiar Medicina. Una pasión que le venía por su afán de querer mejorar la vida de las personas de su entorno. A una décima en la nota de Selectividad estuvo de conseguirlo y su vida tuvo que dar un giro completamente radical pero […]
PYMESDirigentes Digital
| 17 sep 2019
Desde la infancia, Gloria Gubianas (24 años) tenía muy claro que quería estudiar Medicina. Una pasión que le venía por su afán de querer mejorar la vida de las personas de su entorno. A una décima en la nota de Selectividad estuvo de conseguirlo y su vida tuvo que dar un giro completamente radical pero para bien, aunque ella no lo supiera en ese momento. El viaje a Nepal como voluntaria en el verano de 2013 haría el resto. Allí se dio cuenta de que tenía que enfocar su trayectoria hacia el mundo de las startups. Un terreno poco desconocido para ella, ya que anteriormente había diseñado un proyecto que medía el gasto de agua que produce una persona al ducharse.
Seis años después, esta joven procedente de la cantera de Teamlabs, un laboratorio de aprendizaje radical basado en la metodología ‘Learning by doing’ (Aprender haciendo), ya cuenta con una sólida iniciativa empresarial. Se trata de Hemper. La marca de mochilas y complementos hechos en Nepal se ha convertido en todo un referente juvenil de la moda sostenible. Para su fabricación se emplea el cáñamo, un material muy respetuoso con el medio ambiente. DIRIGENTES charla con Gubianas sobre este proyecto que le ha valido para ser reconocida como ‘Emprendedora del año’ en España.
¿Existe una fórmula para emprender con éxito?
Lo que realmente da un vuelco a las empresas es dedicarte a tiempo completo a ellas. En el momento en que decides dejar todo de lado para hacer tu proyecto es cuando las cosas empiezan a salir y a tomar forma. Pero también hay muchos aspectos que influyen en que salga bien como son los factores económicos y sociales. Considero que Hemper ha avanzado mucho, pero nos queda un largo camino por recorrer. Que un proyecto pueda avanzar y se tenga la posibilidad de optar al éxito y ser rentable radica en ponerse manos a la obra.
Uno de sus propósitos en esta vida es dejar el mundo mejor de lo que se lo ha encontrado. ¿Cómo ve Hemper en un horizonte temporal de 15 o 20 años?
Es una pregunta que me hago muy a menudo. Hemper es más que una marca. Somos una historia de cómo somos capaces de transformar el mundo a través de un producto como es el cáñamo. En Nepal hemos cambiado muchas cosas y hemos convertido a España en un referente en la manera de cómo hacerlas. Queremos contribuir a la sociedad más allá de la elaboración de productos de usar y tirar.
El próximo 4 de octubre la compañía celebra su tercer aniversario. En este período, ¿cuál es el reto más complicado al que se ha tenido que enfrentar?
Muchos. Somos muy románticos y nos dejamos llevar por todo esto. Hay veces que nos falla la parte numérica u operativa. Poder hacer todo lo que te gusta pero siempre ceñida al marco económico, sobre todo, cuando estás empezando, es complicado. Por otro lado, Nepal es nuestro punto fuerte, pero también nuestro cuello de botella. Este país se encuentra muy aislado y a nivel de materiales faltan muchas cosas. La diferencia cultural a la hora de trabajar también supone un reto para nosotros. En India, por ejemplo, es mucho más fácil todo.
Relacionada con la anterior, ¿qué dificultades existen?
En Nepal hay muy pocos proveedores. Además del cáñamo, también se necesitan otros productos como las cremalleras o los forros. Buscamos continuamente material de máxima calidad y en este país nos cuesta encontrarlo a veces. Las cremalleras, por ejemplo, las traemos de India. Nos gustaría que fueran locales, pero las condiciones del país nos lo impiden.
¿Qué diferencias culturales hay a la hora de trabajar con respecto a España?
Ellos no acaban de ser transparentes con todo lo que te quieren decir. Nosotros entendemos una cosa y ellos otra o dan importancia a factores que nosotros no daríamos y viceversa.
En línea con vuestro principio de sostenibilidad, pusisteis en marcha una iniciativa para darle una nueva vida a las bolsas de arroz nepalí. ¿Cuál es el impacto que ha tenido hasta la fecha?
Por cada bolsa que estamos mandando evitamos que no vaya al río o sea quemada en Nepal. Por otro lado, estamos ahorrando unos 30 litros de agua que gasta una caja de cartón para mandar las mochilas. Las hemos rediseñado para que el cliente las pueda reutilizar y, a su vez, ahorramos bolsas de plástico. Además a la gente le gusta llevarlas porque son éticas y bonitas.
Uno de los lemas de Hemper es ‘Hacer las cosas bien desde el principio’. ¿Qué se puede mejorar?
Un montón de cosas. Aunque nuestro impacto sea menor que el otras empresas, lo seguimos teniendo, especialmente, el medioambiental. Queremos poder llegar a compensarlo, ser neutrales en carbono e intentar que nuestros materiales sean lo menos contaminantes posibles. Es verdad que fabricamos muchas mochilas de cáñamo, pero algunas también están combinadas con algodón. Queremos dar el paso a que todo lo que fabriquemos sea absolutamente de este material.
A nivel operativo nos gustaría poder pagar ciertos beneficios a los empleados que vengan a trabajar en bicicleta a las oficinas de España o localizarla en un sitio que sea más accesible al transporte público. Nadie viene en coche, pero queremos fomentar este tipo de cosas con el objetivo de multiplicar el impacto social que tenemos en ambos países.
En febrero Hemper lanzó un período de prueba online. ¿Llegó a prosperar?
Debo reconocer que ha funcionado muy bien. Desde Hemper estamos muy en contra de las rebajas como concepto para vender más y de la necesidad que se ha creado totalmente innecesaria en relación a esta. Lo que aquí cuesta poco en otros sitios ha causado mucho daño. Los clientes nos pedían descuentos, por eso el regateo fue la manera de poder llevarlo a cabo, pero adaptado al mundo online. Nuestra rebaja era simbólica y simplemente perseguíamos generar una comunidad y provocar un acercamiento al cliente con el objetivo de transmitir la esencia de Nepal.
Mochilas, bolsos riñoneras, ¿tenéis pensado lanzar una línea de ropa?
De momento no forma parte de nuestra estrategia. Podríamos llegar a diseñar ropa para complementar una colección, pero no está en nuestros planes. No nos cerramos a nada. Pero sí que estamos seguros de que queremos que el material principal de fabricación sea el cáñamo, una de las fibras más ecológicas que existen en el mundo textil. Necesita mucha menos agua que el algodón, no emplea ningún insecticida y es más resistente.
¿Es fácil emprender en España?
Lanzar un negocio no es fácil en España. Es cierto que existen muchas facilidades como ayudas, premios y un montón de asociaciones relacionadas con ello. No obstante, cuando creas una sociedad ya te estás comprometiendo con unos gastos fijos mínimos mensuales que no lo favorecen en absoluto. Existen un montón de trámites que hay que pagar y que, a nivel financiero, no ayudan. En cuanto al colectivo como tal, el emprendimiento en España es increíble. Existen una gran cantidad de espacios o comunidades como Teamlabs o hubs que contribuyen muchísimo.
¿Alguna confesión sobre tu rutina diaria?
Los fines de semana intento no trabajar.