En los últimos años, la Responsabilidad Social Corporativa se ha posicionado como una de las áreas que ha ido cobrando más importancia en el mundo empresarial. Este departamento trabaja continuamente para cumplir compromisos fundamentales de las empresas en materia sostenible, desde un enfoque medioambiental, pero también establece las directrices del modelo de negocio y la […]
PYMESDirigentes Digital
| 22 mar 2022
En los últimos años, la Responsabilidad Social Corporativa se ha posicionado como una de las áreas que ha ido cobrando más importancia en el mundo empresarial. Este departamento trabaja continuamente para cumplir compromisos fundamentales de las empresas en materia sostenible, desde un enfoque medioambiental, pero también establece las directrices del modelo de negocio y la gestión empresarial desde un punto de vista ético y responsable. La apuesta por estas materias ha supuesto, indudablemente, una mejora en las condiciones y oportunidades del equipo humano que desarrolla el negocio, en la capacidad de los proveedores, en los servicios ofrecidos y en la calidad de la atención al cliente.
Más aún desde el inicio de la pandemia, que puso de manifiesto la magnitud de los retos a los que nos enfrentamos como humanidad, y que propició que todas las empresas que pudieron capear el temporal volcaran sus esfuerzos de RSC en tratar de minimizar el impacto de la Covid-19 en la medida de sus posibilidades. Para ello, aportaron soluciones inmediatas que con el paso de los meses fueron acometidas de forma estructural con el fin de garantizar el mayor bienestar posible para empleados, clientes y proveedores. Un verdadero reto que solo podía abordarse desde una mirada colaborativa y sostenible.
Así lo hicimos empresas como ALD Automotive que, sin abandonar los objetivos en materia de sostenibilidad, nos centramos en políticas de acción solidaria, como la cesión de vehículos de la flota al personal sanitario, la entrega de menús solidarios a los más desfavorecidos, el adelanto de pagos a proveedores y la flexibilización en los contratos de renting, medidas todas ellas que ya han marcado varios de los hitos más importantes en materia de RSC en el sector de la movilidad.
Además, el desarrollo de soluciones telemáticas para eliminar el contacto directo interpersonal supuso cambios drásticos en la organización del trabajo, pero el esfuerzo del equipo humano hizo posible la continuidad del servicio a pleno rendimiento. Por eso, la RSC no solo ha puesto en el centro de la gestión las iniciativas de seguridad, higiene y salud, sino también las diferentes acciones orientadas a obtener el mejor equilibrio posible entre la vida personal y laboral, y las enfocadas a contar con un estado de salud óptimo que permita a los trabajadores desarrollar ambos aspectos de su vida de forma satisfactoria.
Así las cosas, la RSC ha supuesto un estímulo a las políticas de igualdad, conciliación, desconexión digital e impulso del talento, así como al aumento del compromiso de los empleados con los diferentes desafíos sociales. Pero, aunque las empresas hayan tenido que reconducir las políticas de ESG, no han descuidado su apuesta por el respeto al medio ambiente, el impulso a la seguridad vial, la eficiencia y la economía circular, la digitalización y la gestión inteligente, es decir, no han descuidado su firme compromiso por la sostenibilidad.
En el nuevo escenario, empresas de todos los sectores trabajamos incansablemente por reducir la huella ecológica. Pero este cambio hacia una economía verde y una energía limpia es aún más visible en el ámbito de la movilidad, donde todas las tendencias apuntan hacia el uso de energías más limpias y nuevos servicios que satisfagan las demandas y cubran las necesidades de transporte.
Por eso, ALD ha focalizado esfuerzos y recursos en este sentido, incluyendo en su plan estratégico MOVE 2025 la reducción del 40% de la huella de carbono, la electrificación del 30% de la flota en 5 años y del 50% en 2030. De esta manera, en ALD trabajamos en consonancia con las políticas nacionales y europeas para el cumplimiento de los retos de la Agenda 2030 y de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en lo que a la instauración de la movilidad inteligente y sostenible se refiere. Siempre de la mano de instituciones y agentes del ecosistema, nuestra compañía busca integrar a los proveedores en la estrategia de sostenibilidad, y establecer alianzas con fabricantes punteros en electromovilidad, con el fin de que la revolución de la movilidad sostenible sea una opción real para todos.
Parece claro que la hoja de ruta en los próximos años viene marcada por la necesidad de reducir nuestra huella ecológica e incrementar el cuidado del entorno involucrando a empleados, proveedores y clientes; más aún en el sector de la automoción, donde la sostenibilidad que viene está ligada a una electromovilidad inteligente, en la que seguridad vial, tecnología y compromiso ecológico se posicionan como el ‘abc’ de la conducción eficiente e impulsa flotas a la vanguardia tecnológica y medioambiental. Con la consecución de estos retos como objetivo, el renting se consagra como motor de la sostenibilidad, y el área de RSC se afianza como la apuesta para una garantía del futuro.