En el marco de la Convención Anual de la Asociación de Mercados Financieros, celebrada ayer en Madrid, el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, puso en valor la hipotética creación de un euro digital y destacó las ventajas y retos que su puesta en marcha podría aportar al escenario económico. Durante su […]
Tercer sectorDirigentes Digital
| 15 nov 2021
En el marco de la Convención Anual de la Asociación de Mercados Financieros, celebrada ayer en Madrid, el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, puso en valor la hipotética creación de un euro digital y destacó las ventajas y retos que su puesta en marcha podría aportar al escenario económico. Durante su intervención, el dirigente resaltó el papel de la transformación digital como germen de este mecanismo, en la medida en que su rápido avance dentro de la sociedad podría servir de impulso para aprovechar este desarrollo.
El acto fue organizado por la AMF, formada por 29 instituciones, Bancos, Cajas, Sociedades, Agencias de Valores y Sociedades de Inversión Colectiva y cuyo presidente es Enrique Prado.
Hernández de Cos comenzó detallando las principales motivaciones que plantean la creación de las monedas digitales. Así, estas suponen una alternativa a la reducción del uso de efectivo como medio de pago. De este modo, el primer aliciente surge “de la necesidad de preservar el acceso de la población a un medio seguro y eficaz para la liquidación de las transacciones, en un contexto en el que el efectivo está dejando de desempeñar ese papel porque los ciudadanos lo utilizan cada vez menos y lo sustituyen por otras alternativas de pago digitales privadas”.
Además, también indicó que esta motivación implica aceptar el papel del dinero de banco central como el único que “garantiza un valor nominal determinado” y lo convierte en una fianza de cara a la estabilidad de precios, la estabilidad financiera y el correcto funcionamiento de los sistemas de pagos. En segundo término, el Gobernador explicó que otra importante motivación encuentra su sentido al tratar de paliar “los riesgos asociados a la potencial consolidación de un sistema financiero excesivamente dependiente de circuitos de pago completamente privados”. Entre ellos destacó la expansión de los big tech.
Por su parte, la tercera motivación, relacionada con la emisión de una moneda digital, está íntimamente vinculada con la inclusión financiera. Para entenderlo, aludió a un escenario especialmente relevante para aquellos países en los que únicamente un porcentaje reducido de la población tiene acceso a servicios financieros elementales, mientras que otros elementos como los teléfonos inteligentes sí cuentan con una importante penetración.
En este punto, el Gobernador incidió en el potencial de las tecnologías emergentes como soporte para el desarrollo de las monedas digitales de banco central. Así, tres de los beneficios que podría aportar el euro digital están relacionados con la mejora de la eficiencia de los sistemas de pago, la firmeza del rol internacional de la divisa y el progreso de la autonomía estratégica de la UE.
En este escenario, el objetivo del BCE de cara a los próximos dos años consiste en explorar distintas opciones relativas al diseño y modelo de distribución. Un reto, en palabras de Hernández de Cos, “complejo”. Por ello, comentó que se desarrollará uno o varios prototipos y se profundizará en el análisis conceptual relativo al modelo de emisión, distribución y negociación.
Por otro lado, uno de los riesgos asociados al lanzamiento de un euro digital, comentado durante el acto, es la posibilidad de que este genere “distorsiones relevantes en el funcionamiento y modo de organización de un sistema financiero que ya opera de forma eficiente y que no requiere, por tanto, cambios significativos”. Por ello, la apuesta del Gobernador es un diseño adecuado que resulte un “contrapeso”.
En el lado contrario de la balanza, relativo a las ventajas que un eventual euro digital podría aportar, el dirigente subrayó su papel en la “mejora de la eficiencia, inclusividad, velocidad y transparencia de los pagos transfronterizos que promueve el G20”. No obstante, para alcanzar este objetivo, este mecanismo debería formar parte de un engranaje más amplio y trabajar conjuntamente con los bancos centrales de otras jurisdicciones.