A diferencia de la crisis de 2008, la banca se encuentra ahora en disposición de ayudar a resolver los problemas, más que de agravarlos, como en aquel momento. “Estamos preparados para asumir problemas”, dice José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca, ante las provisiones y dotaciones que ha realizado el sector para […]
Tercer sectorDirigentes Digital
| 11 jun 2020
A diferencia de la crisis de 2008, la banca se encuentra ahora en disposición de ayudar a resolver los problemas, más que de agravarlos, como en aquel momento. “Estamos preparados para asumir problemas”, dice José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca, ante las provisiones y dotaciones que ha realizado el sector para facilitar liquidez a empresas y particulares.
¿Qué papel pueden jugar ahora las entidades financieras? ¿Deben renunciar los bancos a repartir dividendos para poder facilitar un mayor volumen de crédito en favor de la economía? ¿Se necesita un mayor volumen de avales públicos? ¿Tendrá consecuencias la digitalización de los usuarios en las plantillas de los bancos?
“Si no fuera por los bancos estaríamos en una situación mucho más desesperada”, afirmó Roldán en una rueda de prensa virtual este jueves. “¿Qué hubiera pasado con la economía si no hubiéramos estado en posición de poner liquidez? ¿Qué hubiera pasado con las familias y las empresas?”, se pregunta Roldán, en referencia a la mala fama que se ganó el sector en la anterior crisis.
El Banco Central Europeo recomendó al comienzo de esta crisis que los bancos se guardaran de distribuir dividendos a sus accionistas, dado que esos fondos se necesitarían para dar liquidez a la economía. Además, ha supuesto uno de los principales aliados del Gobierno a la hora de lanzar diferentes planes de estímulo y alivio a la economía. Por un lado, los bancos se hicieron cargo del adelanto de las prestaciones por ERTEs, además de facilitar la concesión de créditos avalados por el ICO hasta un límite de 100.000 millones.
Roldán explica con respecto a estas cuestiones que lo importante es no cometer errores, más que poner en marcha medidas nuevas. “De momento, los errores de mayor contenido se han evitado”, dice Roldán con alivio. Por otra parte, se queja de que la banca “sea la única industria que no puede repartir dividendos”, por lo que pide que se realice un análisis discriminatorio en el que se separen aquellas entidades que no puedan repartirlos de las que sí pueden. Insiste en que los propios bancos son conscientes de sus posibilidades y que “se debe dejar libertad a las empresas para decidir cuándo pagar o no”.
En cuanto a la colaboración público-privada para facilitar los créditos avalados por el ICO, el máximo representante del sector bancario reconoce que el programa español es más pequeño que los de Francia, Italia y Alemania. Sin embargo, considera que hay que poner el foco en la rapidez con que se ha ejecutado, puesto que un programa mayor ejecutado con lentitud podría haber llegado tarde para cuando las empresas lo necesitan. “España ha sido el país más eficiente al poner en marcha estas ayudas”, recalca Roldán, si bien anima al Gobierno a mantener la “mente abierta” para elevar la dotación inicial de 100.000 millones o para modificar los criterios si fuera necesario.
También da explicaciones de los distintos problemas surgidos en algunas entidades, con errores en la distribución de las prestaciones por ERTE a sus clientes. Roldán quita hierro al asunto y asevera que “es normal que haya incidentes cuando estamos hablando de operaciones tan masivas” como han sido el adelanto del pago de los ERTE. “Ni estamos preocupados por el volumen ni nos sorprende, ni estamos pensando en salir de este programa de adelanto”, trata de tranquilizar.
En lo que atañe a la reducción de plantillas fruto de la digitalización, Roldán confía en la recolocación de empleados en otras tareas. Los datos confirman que la reducción de empleados es menor que la de oficinas, por lo que los gestores afectados por cierres de oficinas se pueden orientar a la atención por canales telemáticos, entre otras cosas, si bien reconoce que “parte de la mejora de eficiencia tiene que ser a través de la optimización de plantillas”, dado que la digitalización ya está haciendo su parte.
En todo caso, Roldán cree que es pronto para hacer juicios sobre el futuro de la economía. Parte de la base de que será una V asimétrica, pero cree que se tiene “que hacer todo lo posible para que esa asimetría sea lo menor posible”. Lamenta que el impacto sobre el PIB y el consumo ha sido “absolutamente espectacular” en los primeros momentos, aunque afirma que puede ser útil plantear medidas de relanzamiento de la actividad a la vuelta del verano para apuntalar la recuperación y crear empleo.