Cuando culminaba la visita del papa Francisco a Cuba, miembros de su comitiva pudieron comunicarse con sus pares de Estados Unidos gracias a una tecnología que en el resto del mundo es de lo más usual pero que para la nación comunista es relativamente novedosa: el roaming. Tanto o más sorprendente es que la compañía que ofrece ese servicio en la isla sea de bandera norteamericana, la emblemática Verizon.
En paralelo a las negociaciones para restablecer relaciones diplomáticas entre ambos países, en los últimos meses vinieron desarrollándose reuniones técnicas para el inicio de las operaciones que le permiten ahora a Verizon ofrecerle a sus clientes que viajan a la isla la posibilidad de hacer llamadas, enviar mensajes de texto y utilizar su plan de datos desde la isla hacia Estados Unidos.
Para lograrlo, la compañía norteamericana utiliza torres locales cedidas por el gobierno comunista como parte de la apertura de su economía después de que el embargo que enfrenta hace décadas comenzara a flexibilizarse.
"Nuestros clientes son ciudadanos del mundo y queremos garantizarles que disfruten el servicio de Verizon en cualquier lugar al que viajen", dijo Javier Farfan, vicepresidente de marketing de Verizon, al presentar la operación, que está incluida en su paquete Pay-As-You-Go para viajeros internacionales.
Celulares comunistas
La red de telefonía celular en Cuba, Cubacel, es operada por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA), está disponible en 900 Mhz en todo el territorio nacional en GSM y en 3G, con cuotas mensuales de acceso. No cubre todo el territorio nacional sí abarca las principales ciudades y destinos turísticos del país.
Aunque el anuncio de Verizon resulte de lo más banal en cualquier otro país en los días de hoy, el hecho de que sea Cuba es doblemente impactante. La isla ocupa el puesto 125 entre los 166 del ranking 2014 de la International Telecommunication Union, que mide la conectividad a través de diversos indicadores de los países. El país de los Castro ha sido, además, un enemigo de Estados Unidos por más de medio siglo.
Tan sólo un 5% de los cubanos tiene acceso a internet en sus hogares. En general, quien desea usar el servicio, debe acudir a una oficina del régimen donde la hora de una lentísima conexión se vende por US$ 5, precio que, por otra parte, es prohibitivo para la mayoría de la población.
Enviar desde La Habana una foto de 30 MB por internet, por ejemplo, demora alrededor de una hora. Si a ello se le suma el hecho de que la empresa que toma la delantera en ese estratégico sector de las telecomunicaciones sea, justamente, de bandera norteamericana, el escenario se revela verdaderamente disruptivo.
En tal escenario, los extranjeros ven mucho potencial de crecimiento. Pero por ahora los precios son muy altos. Verizon, por ejemplo, cobra US$ 2,99 por minuto de servicio de voz y US$ 2,05 por megabyte transmitido. Pero también hay otras empresas que vienen observando de cerca la evolución de la apertura cubana, como Google y Netflix.
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