El Comité Judicial del Senado en una votación oral, sin oposición, ha aprobado el texto que posibilitará presentar demandas en juzgados federales con el fin de proteger los negocios del espionaje económico. La DTSA, que ha tenido el respaldo de republicanos y demócratas, luchará ante la apropiación indebida de secretos comerciales.
Desde el Comité explican que "los secretos comerciales son una forma cada vez más importante de propiedad intelectual y se han vuelto más vulnerables a los robos debido a la economía globalizada".
Se calcula que el robo de propiedad intelectual, incluidos los secretos comerciales, cuestan a las empresas estadounidenses 300.000 millones de dólares anuales.
De los cuatro tipos de derechos de propiedad intelectual (derechos de autor , marcas, secretos comerciales y patentes) los secretos comerciales son los únicos que no registrados en ninguna agencia federal, y las empresas no tienen actualmente ninguna vía directa para protegerlos bajo una ley federal a través de litigios civiles.
Para muchos, las leyes estatales de secreto de fabricación existentes son inadecuadas porque no evitan el robo de información.
Por tanto esta medida, largamente esperada, es un paso importante hacia la elevación de secretos comerciales a nivel de protección federal que gozan otros tipos de propiedades intelectuales. "El espectro está lleno de opciones legales disponibles para los propietarios de otras formas de propiedad intelectual como patentes, marcas registradas o derechos de autor y los propietarios estadounidenses también necesitan una solución federal sobre el secreto de fabricación" dicen los senadores Hatch, Coons y Flake.
La Ley para la Defendesa de Secretos Comerciales de 2016 ha sido redactada por estos tres senadores quienes a finales de 2015 escribían en una carta al resto de representantes de la Cámara que "los secretos de fabricación son una forma esencial de propiedad intelectual. Incluyen información tan amplia como procesos de la fabricación, desarrollo de producto, técnicas industriales, fórmulas o listas de clientes". "Hay que atajar a aquéllos que intentan robar la información de los propietarios de los productos, para evitar que se dañe nuestra competitividad global".
La DTSA prevé otros recursos como medidas cautelares, daños compensatorios, daños y perjuicios y honorarios de abogados para casos deliberados o maliciosos de apropiación indebida.
Defensores y detractores
La nueva norma ya tiene sus detractores, quienes creen que esto no soluciona el problema del ciber espionaje internacional ya que se centra en castigar los robos de propiedad intelectual entre los estados americanos. Para el profesor de la Lee University School of Law, Christopher Seaman, el problema es que muchos de esos ciber delincuentes actúan desde el extranjero y de esta manera es más difícil detenerles. "El Gobierno debería mejorar la seguridad tecnológica de las empresas antes que aprobar nuevas leyes pensando que con ellas van a detener a los ciber criminales", critica Seaman.
Sin embargo hay quien cree que la DTSA dará a los innovadores estadounidenses una nueva y poderosa herramienta para ayudarles a competir en un mercado global en constante evolución.
La nueva legislación ha recibido el apoyo de numerosas compañías y asociaciones empresariales. Entre los defensores hay grandes multinacionales estadounidenses de distintos sectores como son General Electric, IBM, Pfizer, NIKE, Intel, Johnson and Johnson o Boeing, pero también corporaciones internacionales que operan en suelo americano como Philips, Siemens u Honda.
La Alianza de Fabricantes de Automóviles también se ha mostrado favorable a la DTSA. Lo mismo ha hecho la Organización de Industria de Biotecnología (BIO), la Asociación de Propietarios de Propiedad intelectual (IPO), la Alianza Nacional para Empleos e Innovación (NAJI), la Asociación Nacional de Fabricantes (NAM) o la Asociación de Industria del Software y la Información (SIIA), entre otros.
hemeroteca