Adelantarse al futuro para hacerlo presente. Además del lema de Dirigentes es la máxima que se han aplicado gestores y asesores de inversiones para minimizar el posible impacto del Brexit. La mayoría de gestoras se han protegido por adelantado para poder vender sus fondos en Europa. La prioridad siempre ha sido poder ofrecer sus servicios a los clientes pase lo que pase y, en base a ello, han trabajado. El primer escollo de las que operan desde Reino Unido ha sido qué hacer con las inversiones que tienen en sus fondos los clientes no británicos. Qué hacer ante la pérdida del pasaporte europeo por parte del país una vez culmine la desconexión. Y el salvavidas se ha repetido: han replicado gamas de producto y centros de negocio en Irlanda y Luxemburgo. “Hemos recibido aprobación regulatoria para establecer una compañía de administración irlandesa”, aseguran desde Merian GI. “Tenemos una gama de fondos transfronterizos domiciliados en Luxemburgo y hemos establecido un centro de negocios europeo en Dublín, además de tener oficinas en toda Europa”, señala Álvaro Antón Luna, Country Head de Aberdeen Standard Investments para Iberia. Y en la misma línea, el resto de gestoras. Resuelto el tema del pasaporte y con acuerdo entre reguladores para evitar problemas con trabajadores, el siguiente paso ha sido defender carteras. ¿Cómo?
La principal receta, en este caso, ha sido optar por la sensatez y la cautela. De la escala del pesimismo al optimismo en este tema hay un sinfín de puntos intermedios y cada cual ha obrado en sintonía con su ubicación. Benjamin Melman, CIO de asignación de activos y deuda soberana de Edmond de Rothschild Asset Management, reconoce que “el fracaso del Reino Unido a la hora de forjar antes un acuerdo sobre el Brexit, a pesar de que la fecha de salida se acerca, ha eliminado totalmente cualquier visibilidad sobre la inversión en el país”. Mark Holman, CEO de TwentyFour AM (de Vontobel AM), reconoce que mantendrán un enfoque prudente hasta que se consiga una mayor claridad. Y Fidelity asegura que sus fondos con exposición al Reino Unido “están posicionados desde hace tiempo de forma que la salida de este país de la UE no pueda perjudicarles en términos relativos”.
Desde Arquia-Profim Banca Privada, su director de análisis, José María Luna, recuerda que en las carteras de sus clientes hace tiempo que se ha optado por excluir cualquier fondo con código GB (Gran Bretaña). Además, “optamos por productos continentales y sin exposición al país. No necesitamos complicarlos, es mejor que el Brexit nos pille expuestos a otras zonas del mundo”.
Pero también hay otros escudos preparados a medida que se acerca la fecha prevista de desconexión. “La parte que tenemos en libras, como el caso de Wizzair, la cubriremos con futuros euro/libra y con nuestra posición en IAG no haremos nada. Creemos que el posible efecto sería temporal”, apunta Antonio Aspas, socio de Buy & Hold Gestión de Activos.
¿Se ha magnificado el impacto?
Hay una corriente importante de gestores que opina que, pese a todo el ruido, el Brexit no va a ser un gran evento y, por lo tanto, no hay que tomar decisiones drásticas. “Le estamos dando una relevancia en los mercados financieros a los catalizadores políticos enorme y luego resulta que no tienen tanta”, subraya Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis. “No tenemos exposición a la libra, ni a bonos soberanos del país y las empresas británicas que tenemos en el sector hotelero, defensa y salud son muy globales. No nos preocupa”. Y Josep Prats, gestor del Abante European Quality, se reafirma en esta idea. “No he tomado precauciones especiales, mi fondo es continental, pero tengo compañías como BMW con parte de su negocio en territorio británico y no he vendido”.
Coincide en el argumento de no sugerir un posicionamiento muy defensivo Juan José González de Paz, de Dynamic Solutions (Natixis IM). Por varias razones. Entre ellas porque “es complicado posicionar una cartera para un bache a corto plazo cuando en el camino pueden surgir oportunidades a medio y largo. Preferimos mirar más allá”. Pero también porque la libra ya se ha depreciado significativamente frente al euro desde el referéndum de junio de 2016 (alrededor del 12% desde entonces y del 8% con anterioridad), “por lo que parte del Brexit ya tiene un precio”.
Y llegados a este punto, lo cierto es que tampoco conviene olvidar la realidad de que en el actual entorno global, la inmensa mayoría de las empresas del FTSE 100 de Londres no tienen ni un 30% de sus ingresos en el Reino Unido. “La mayor parte de sus negocios se encuentran fuera, con lo que en realidad están tan expuestas al Brexit como muchas otras compañías europeas o de otras regiones”, recuerdan desde Fidelity.
¿Posible oportunidad?
Gordon S. Brown, gestor y co-responsable global de carteras de Western Asset (filial de Legg Mason), espera que, ocurrido el Brexit, “los activos de Reino Unido reaccionen de forma positiva, dado que una cantidad considerable de malas noticias ya se reflejan en las valoraciones”. Habla siempre de un Brexit acordado, pero lo cierto es que, a fecha de hoy, aún con la incertidumbre sobre la mesa, hay gestores que ven claras oportunidades.
Entre ellos Adrien Pichoud, economista jefe y gestor de carteras de SYZ AM. Considera que lo peor ya está descontado tanto en la libra como en la bolsa británica, “mientras que la valoración de esta última sigue barata, por lo que hay más potencial de sorpresas alcistas, con un riesgo a la baja limitado”. De hecho, desde la gestora suiza han elevado sus perspectivas sobre la renta variable del país, también por la elevada rentabilidad por dividendo y porque últimamente ha perdido el favor del mercado.
También defiende estar expuesto a Reino Unido James Clunie, gestor del fondo, Jupiter Global Absolute Return. “Existen oportunidades, tanto a largo como a corto plazo, en un mercado que ha sido eclipsado por la política”. Cree que es comprensible que muchos inversores hayan llegado a la conclusión de que, en su estado de incertidumbre actual, sea mejor no invertir en Reino Unido, pero no es su caso. “Mi trabajo es tomar riesgos calculados en condiciones de incertidumbre”, asegura. Su estrategia pasa por seleccionar compañías con un horizonte temporal a largo plazo habiendo calculado escenarios de posibles pérdidas y comprar en días “malos”. Y ejemplo de ello serían valores como el proveedor de servicios públicos Serco o el fabricante de ladrillos Forterra.
En el plano macro, hay coincidencia en subrayar que la economía británica se ha visto menos afectada de lo que cabía esperar tras el referéndum de junio de 2016: la economía, aunque menos, crece (+1,4% en 2018), el paro está en mínimos desde 1975“ e incluso los salarios se están empezando a acelerar”, destaca Álvaro Sanmartín, de Alinea Global. Pese a la reducción de inversiones o al menor gasto del consumidor, ha resistido de manera aceptable al shock de incertidumbre negativa. Los escenarios aún están abiertos pero los gestores se sienten preparados.
2019-03-28 13:02:49