Exxon planea vender la refinería, que produce 155.000 barriles de crudo al día, a PBF Energy por más de 500 millones de dólares. Sin embargo, PBF ha asegurado que no iba a completar el acuerdo hasta que Exxon demostrara que la planta está en buenas condiciones.
Según The Wall Street Journal, Exxon y los reguladores ya habían llegado a un acuerdo preliminar para el reinicio de las operaciones a principios de esta semana.Pero el acuerdo final fue votado el sábado después de una audiencia pública, que se prolongó durante todo el día ya que muchos vecinos se pusieron de pie, uno tras otro, para expresar su preocupación y oposición a una refinería con una larga historia de antecedentes penales en cuestiones de seguridad y contaminación.
La explosión de 2015 tuvo lugar en una planta de procesamiento donde se desató un incendio y aunque no hubo que lamentar víctimas mortales, generó una fuerte nube de humo negro y cenizas y provocó un gran temblor que alcanzó a numerosas viviendas de la zona.
Desde la explosión, que provocó una oleada de protestas en esa zona del sur de California, la planta ha estado prácticamente cerrada ya que solo podía operar a un 20% de su capacidad, según las autoridades. La refinería de Torrance se encuentra situada unos 32 kilómetros al sur de Los Ángeles, cubre unos 300 hectáreas y en ella trabajan unos 1.000 empleados.
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