Factores de inversión a tener en cuenta con el repunte de la volatilidad

La subida de más de un 100 % del índice de volatilidad en Estados Unidos y en los mercados europeos genera preguntas a los inversores sobre qué factores hay que considerar a la hora de tomar posiciones. El repunte del miedo siempre genera este tipo de cuestiones que los analistas monitorizan para dar su punto de vista al respecto. En este sentido,  Stefan Scheurer, Director, Global Capital Markets y Thematic Research de Allianz Global Investors, explica que hasta alcanzar el nivel más alto desde agosto de 2015, no ha sido más que un «breve intermezzo». Aunque los datos económicos de Estados Unidos y China empeoraron ligeramente a principios de año, «el entorno económico mundial siguió mejorando el mes pasado». Esto ha permitido que en los últimos meses se fuesen afianzando «los fundamentos de un crecimiento sostenido y sincronizado a escala mundial, superior al potencial». El papel de Estados Unidos puede resultar crucial en ese sentido, ya que «la reforma fiscal prevista y el consiguiente impulso fiscal, así como el programa de infraestructuras por valor de 1,5 billones de dólares estadounidenses acordado por los dos grandes partidos, podrían incluso prolongar el presente ciclo económico». Por lo que respecta a la última iniciativa citada, se ha previsto una partida de 300 000 millones de dólares para gastos discrecionales en los próximos dos años. Aun así, las oscilaciones en los mercados de capital pueden entenderse también, según el experto, «como una llamada de atención bastante clara, debido a que el escenario de reflación sigue intacto». En los próximos meses, la evolución de las tasas de inflación (subyacente) parece seguir en alza y los precios al consumo estadounidense  y el Reino Unido en febrero ya han sido «un primer anticipo». Ahora bien, una subida de los salarios podría animar a la Reserva Federal estadounidense a acometer con mayor celeridad la subida de los tipos de interés. Los bonos ligados a la inflación de Estados Unidos descuentan cada vez más este panorama, y la probabilidad de que la Fed suba los tipos en su próxima sesión de marzo es «superior al 80 %»; se trataría de la primera de las «tres subidas de tipos que prevemos al menos para este año». El Banco Central Europeo, por su parte, confía cada vez más en la progresiva aproximación de las tasas de inflación al objetivo fijado, gracias a una recuperación económica cada vez más amplia y sólida. Esta última también se ha reflejado en las cifras de ventas y el incremento de los beneficios de la actual campaña de presentación de resultados del cuarto trimestre. Solo en Japón parecen lejanos tanto el objetivo de inflación como la normalización de la política monetaria, a pesar de la situación favorable del mercado de trabajo. En este contexto, los participantes del mercado deben ser conscientes, apuntan desde Allianz GI, de que, como consecuencia de la normalización de la política monetaria, «es probable que los rendimientos del mercado de renta fija (de EE. UU.) aumenten, lo que a medio plazo puede conducir a su vez a un incremento de la volatilidad, que volvería a acercarse a su media a largo plazo». Sin embargo, la «reflación» también implica una mejora del crecimiento real. El aumento de los salarios debería impulsar el consumo privado y el incremento de la inflación, así como un aumento del poder de fijación de precios y de las cifras de ventas de las empresas. En este contexto, «es probable que una cartera ampliamente diversificada resulte favorable para los valores de riesgo (acciones), aunque tampoco debería olvidarse la obtención de rentas de capital (dividendos)». ¿Por qué sectores apostar? Scheurer expone que a medio plazo, los rendimientos de los bonos, junto a las tasas de inflación (subyacente), al alza en ambos casos, probablemente «favorecerán a los sectores cíclicos, sobre todo los valores financieros y las materias primas«. Estos son también los sectores que muestran la más alta correlación con respecto a los bonos ligados a la inflación. Asimismo, si la economía se desacelera, los valores industriales son los que corren más riesgo, «debido a sus elevadas valoraciones». También, los dividendos ocupan un lugar cada vez más prominente a la hora de conseguir ingresos de capital y «más aún en un contexto en el que el lento incremento de las tasas de inflación vuelve a situar en el foco el tema de la reflación«. Desde el punto de vista estructural, expone, «se puede seguir manteniendo el estilo de dividendos».

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