Fidelity: La urgencia de reevaluar el riesgo

Bateman Fidelity
James Bateman, director de multiactivos de Fidelity.
A juicio del experto de Fidelity, y con independencia del efecto a medio plazo de las políticas económicas de Trump, desde la gestora no descartan más volatilidad en el mercado a medida que el presidente electo (y, en un plano más general, la geopolítica) haga moverse a los mercados entre el miedo y el deseo de ganancias. “Unos gobernantes nuevos y políticamente inexpertos en EEUU, elegidos más por el discurso que por unas políticas tangibles, traen consigo una incertidumbre inevitable y posibles pasos en falso, aun si se evita un desastre”, indica Bateman. Para Bateman, los inversores también deben tener en cuenta las sorpresas que puedan llegar desde el ámbito político en Europa, “cuando el Reino Unido empiece a renegociar su relación con Europa en un contexto marcado por las elecciones generales en Francia y Alemania. “Algunos sucesos podrían provocar giros a corto plazo en las tendencias, tanto en lo que respecta a la relación acciones-bonos como entre los diferentes sectores”, indica el experto. A juicio de la firma, este entorno aconseja instaurar en las carteras algún tipo de cobertura frente a riesgos extremos, “tal vez mediante el oro y el petróleo, mientras que la gestión activa y las compras oportunistas de activos de riesgo que sufran fases de debilidad (reduciendo las posiciones cuando alcancen máximos) serían enfoques prudentes”. Lo que parece evidente es que 2017 no será un año para tener una asignación de activos estática. “Del mismo modo que algunos mercados parecen corregir de forma casi inmediata (pensemos en la libra esterlina frente al dólar después de la decisión del Reino Unido de salir de la UE), otros se ajustan gradualmente y en periodos prolongados”, indica. Sin duda Trump debe ocupar primer puesto en las perspectivas de los inversores. Para Bateman, si la transición hacia las políticas presupuestarias se afianza, “podríamos haber asistido ya al final de la burbuja de renta fija, activo que ha pasado de estar caro a sufrir una sobrevaloración crónica durante los últimos años debido a las políticas monetarias excesivamente expansivas y los tipos de interés próximos al cero”. Tal y como recuerda, el mero cambio en las expectativas en relación con la victoria de Trump bastó para desencadenar una oleada de ventas en cuestión de días (ver gráfico), “un movimiento que podría parecer intrascendente comparado con la magnitud de la corrección que podría sufrir el mercado de bonos”. Para el experto, cabe esperar, por tanto, un repunte del crecimiento y la inflación, “aunque me temo que los tipos de interés suban más despacio de lo que espera el mercado, ya que los gobiernos ejercerán presión sobre los bancos centrales “independientes” para que acepten una inflación temporalmente más alta, como precio que merece la pena pagar a cambio de dinamizar unas economías estancadas”. Grafico1fid En este sentido, el experto advierte que la duración podría ser el enemigo durante algún tiempo, pero considera que seguirá habiendo áreas interesantes dentro de la renta fija. “Una de las más destacadas será la deuda de los mercados emergentes en moneda nacional, que podría ofrecer gran parte del potencial alcista de la renta variable emergente, pero con menos riesgo bajista y un amplio colchón de rendimiento”, indica.  

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