Francia registra el mayor crecimiento trimestral desde el primer trimestre de 2013. El Instituto Nacional de Estadística (Insee) explica que el crecimiento se apoyó en la evolución del consumo cuya progresión fue del 0,8%.
La fortaleza del consumo entre enero y marzo tuvo que ver, en particular, con el dinamismo en los gastos en energía ante un invierno que tuvo unas temperaturas en torno a las normales después de un fin de 2014 muy suave.
Estadística destaca la evolución muy positiva de la venta de bienes fabricados (1,4 % en el trimestre), gracias sobre todo al automóvil. Pero las inversiones de equipo descendieron un 0,2%, lastrada por el sector de la construcción.
Las inversiones fueron la otra cara de la moneda, ya que cayeron un 0,2 % (un retroceso, sin embargo, inferior al de los tres trimestres precedentes), con una especial contracción en la construcción, que no pudo ser compensada por el aumento en los productos manufacturados. El sector exterior tuvo un impacto negativo de cinco décimas, por la aceleración de las importaciones (2,3 %) a un ritmo superior al de las exportaciones (0,9 %).
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