Entrevistas con Raquel Blázquez, directora de inversiones de banca privada de Ibercaja, sobre las oportunidades de inversión ante las bajadas de tipos
Patricia Malagón
| 25 sep 2024
2024 se puede dividir en dos partes, la primera con una política monetaria más dura de lo previsto y descotado por el mercado en un primero momento, y la segunda, la que acaba de comenzar, con la nueva era marcada por los recortes de tipos. Algo que puede llevar a los inversores a preguntarse dónde invertir en estos momentos. Por eso, Raquel Blázquez, directora de inversiones de banca privada de Ibercaja, nos da las claves.
¿Cómo ha sido el comportamiento de los inversores en estos últimos años con tanto cambio en la política monetaria?
El inicio de década ha sido convulso, sobre todo por 2022 y esa fuerte subida en los tipos que tuvo como consecuencia que no hubiera refugio en el mercado. El comportamiento de los inversores fue razonable en un contexto de fuerte inestabilidad y con caídas pronunciada en los mercados. La verdad es que no vimos toma de decisiones precipitadas.
Hay que poner en valor que en los últimos años ha mejorado la cultura financiera del inversor. También hemos visto un incremento en el número de asesores y una mayor calidad. Además, los medios de comunicación han hecho una labor muy importante de divulgación, que ha hecho que los inversores se mantuvieran.
Dicho esto, tras ese 2022, en 2023 vimos que los inversores buscaban inversiones ciertas. De ahí que se apostase por los productos de rentabilidad objetivo o fondos a vencimiento. Ahora, en 2024, hemos visto que el inversor ha transitado de las soluciones de deuda pública a corto plazo hacia soluciones de renta fija privada.
En esta nueva era de la política monetaria, ¿qué activos pueden verse más beneficiados?
La solución más interesante son las carteras diversificadas. No se trata de acumular de forma desordenada distintos tipos de activos, sino asignar de forma óptima y eficiente un peso a cada activo en cartera. Todo ello siempre acorde con el perfil de riesgo y los objetivos que tenga el cliente. Dicho esto, en este contexto de desaceleración, pero sin recesión, es muy idóneo para estas carteras diversificadas.
En renta fija hemos visto que 2022 fue el peor año de la historia, después se ha dado una recuperación y un mejor rendimiento del corto plazo, ¿ahora dónde están las mejores oportunidades?
Cuando hablamos de renta fija tenemos que distinguir dos categorías: la deuda pública y el crédito. Empezando por la deuda pública vemos que ha corrido mucho, se ha dado un desplazamiento a la baja en todos los tramos de las curvas. Nos estamos situando en niveles como a inicios de este año. El mercado se ha puesto muy complaciente descontando muchas bajadas de tipos. Ahí estaríamos más prudentes. Dentro de la deuda pública vemos más interesantes los tramos más cortos o medios, dos o tres años como mucho.
En renta fija privada es donde estamos más positivos, a pesar de que los diferenciales también se han estrechado. No todo vale, hay que seleccionar. Por eso, preferimos el investment grade con duraciones cortas y medias. Para un perfil más arriesgados, también se puede incorporar algo de high yield, pero de más calidad.
Mirando a los mercados más cercanos, como España y Europa, ¿dónde veis oportunidades de inversión?
Nuestro posicionamiento está más enfocado en Estados Unidos. Pero, sí que es cierto que a partir de mayo nos hemos puesto más positivos en Europa porque los indicadores adelantados de actividad eran más positivos y también las valoraciones bursátiles eran más atractivas. Lo cierto es que esto todavía no ha dado sus resultados. No obstante, seguimos siendo positivos con Europa.
En cuanto a las estrategias que pueden seguir los inversores, ¿qué puede ser más interesante?
Donde estamos viendo más entradas es en los fondos de rentabilidad objetivo, pero de crédito con duraciones medias. Pensamos que hay todavía valor en estas estrategias que combinan el investment grade con algo de high yield. En renta variable donde estamos viendo flujos y temáticas que nos gustan son en los fondos de tendencias y crecimiento estructural, como la sanidad o la tecnología.
A nivel de carteras hemos visto una rotación de flujos de carteras muy conservadoras que estaban 100% invertidas en renta fija y ahora, pensamos que en este nuevo escenario, creemos que las carteras con más riesgo pueden hacerlo mejor.