La franja de Gaza, una de las zonas con la densidad de población más alta del mundo, es el hogar de 1,8 millones de personas, de los cuales 1,2 millones son refugiados de Palestina. Durante la última década, la situación socioeconómica en Gaza ha estado en constante retroceso.
A consecuencia de la última gran ofensiva militar. Más de 2.200 personas murieron, aproximadamente el 70% civiles, según OCHA, entre ellos 551 niños; más de 11.000 resultaron heridas y casi medio millón de personas llegaron a estar desplazadas, casi 300.000 de ellas en las escuelas convertidas en refugio de UNRWA, una cifra sin precedentes en 65 años de historia de UNRWA en Gaza.
La ofensiva empeoró todavía más la situación en Gaza, donde el 90% del agua no es apta para el consumo humano y ya antes de la ofensiva el 57% de los hogares sufría de inseguridad alimentaria.
La reconstrucción que no llega
Actualmente sigue habiendo más de 138.000 casas dañadas: casi 18.000 totalmente destruidas o severamente dañadas. UNRWA comenzó entonces un programa de asistencia a través del cual ha reparado 60.000 viviendas con daños menores y casi 12.000 familias han recibido nuestra ayuda para alquiler de una vivienda.
La prohibición de la importación de materiales de construcción por el Gobierno de Israel está ralentizando el proceso de reconstrucción, ya que la importación solo es posible tras un largo proceso de aprobación, para aquellos proyectos dirigidos por la ONU, pero no para que los refugiados puedan reconstruir sus propios refugios. Sólo el 1% de los materiales necesarios para reconstruir las casas destruidas y/o dañadas ha entrado en Gaza (verano 2015). La Agencia, además de trabajar para reconstruir la franja de Gaza, promueve la recuperación económica, reconstruyendo la infraestructura educativa y apoyando las necesidades de desarrollo de la población a largo plazo.
8 años de bloqueo
Durante la última década, la situación socioeconómica en Gaza ha estado en constante retroceso. Los años de conflicto y el bloqueo, contrario al Derecho Internacional Humanitario, que Israel mantiene desde 2007, han producido una grave crisis entre la población e Gaza, obligando a la población a depender mayoritariamente de la ayuda humanitaria e impidiendo el intercambio de productos y servicios, así como la libertad para salir o entrar a Gaza.
El Banco Mundial Internacional ha reducido el PIB un 50% y el desempleo ha llegado hasta el 43%, 60% entre los jóvenes, cotas de récord nunca alcanzadas hasta ahora. "El bloqueo ha destruido la economía de Gaza, antes dinámica, productiva y orientada al comercio, así como su capacidad para crear trabajo", según Robert Turner, Director de Operaciones de UNRWA en Gaza.
El bloqueo provoca también un déficit de combustible que afecta al suministro de servicios básicos, como el abastecimiento de agua, saneamiento, salud, servicios de transporte y electricidad. Antes del conflicto del verano de 2014 y desde a la imposición del bloqueo en 2007, Gaza operaba por lo general con un programa de electricidad de emergencia que consistía en "ocho horas encendida, doce horas apagada". La aguda escasez generada tras la crisis de julio y agosto de 2014, ha incrementado el déficit de electricidad, lo que lleva a algunas áreas de Gaza ha sufrir cortes de electricidad de entre 16 y 18 horas.
Un niño de 8 años en Gaza ha vivido en su corta edad tres ofensivas militares. Un año después de la ofensiva militar del verano de 2014, los niños de Gaza todavía se están recuperando de la pesadilla. Ellos están creciendo en condiciones extremas, rodeados de pobreza y violencia. Pero todavía tienen sueños. Una buena educación es la clave para mantener viva la esperanza de al fin alcanzar una vida mejor. En las escuelas de UNRWA, acuden cada día 240.000 niños en 252 escuelas en Gaza, donde aprenden, juegan y sueñan…
A pesar de todos los desafíos, los niños de Gaza tienen sueños y quieren un futuro, como cualquier otro niño en el mundo", afirma el Comisionado General de UNRWA Pierre Krähenbühl. "Es humillante ver que los niños que aparecen en el video de la campaña, al igual que otros 950.000 en Gaza, han crecido rodeados de pobreza y conflictos, sin embargo no han perdido la esperanza."
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