Gestión de la riqueza: el reto de adaptarse al nuevo cliente

Según el informe Global Wealth 2016: Navigating the New Client Landscape elaborado por Boston Consulting Group, la riqueza financiera global creció un 5,2% en 2015 hasta alcanzar un total de 168 billones de dólares. Aunque parezca una cifra espectacular, el crecimiento es inferior al del año anterior (7%), con todas las regiones analizadas salvo Japón creciendo a un ritmo más lento que en 2014.

Al contrario que en los últimos años, y como era de esperar, la mayor parte de este crecimiento fue impulsada por la creación de nueva riqueza (a través, por ejemplo, del aumento de los ingresos en los hogares). Lejos quedan ya las ganancias obtenidas por los activos ya invertidos, con las caídas sufridas por los mercados de renta variable y renta fija el pasado año. Aún así, los expertos prefieren ver el vaso medio lleno. "Suponiendo que los mercados de valores recuperan impulso, esperamos que la riqueza privada a nivel mundial aumente a una tasa anual del 6% en los próximos cinco años, para alcanzar los 224 billones de dólares en 2020", explican en el informe.

El negocio offshore

Ante este panorama, los centros financieros offshore se frotan las manos. Pero cuidado. Su modelo actual está en entredicho. Según el informe, la riqueza privada depositada en negocios offshore creció un modesto 3% en 2015, hasta alcanzar los 10 billones de dólares. Un factor clave para esta desaceleración fue la repatriación de bienes en el extranjero por parte de los inversores de economías desarrolladas. De hecho, la riqueza que los inversores de EEEUU, Europa Occidental y Japón mantienen en centros offshore se redujo en más de un 3% en 2015.

Desde Boston Consulting Group tienen claro que esto se debe al dinero repatriado por los millonarios para pagar impuestos. Sin embargo, consideran que este colectivo seguirá usando como refugio estos centros para escapar de tensiones económicas y políticas en sus países, o para acceder a productos financieros no disponibles en centros onshore.

Tal y como indica dijo Anna Zakrzewski, coautora del informe, "a pesar de las medidas reguladoras destinadas a combatir la evasión de impuestos, la regulación también estabiliza el mercado y proporciona nuevas oportunidades para mover la riqueza en busca de una mejor calidad del servicio, diversidad de productos o estabilidad económica".

Entre los centros offshore, Hong Kong y Singapur registraron el mayor crecimiento (cerca del 10%) en 2015, y la previsión es que la cifra se mantenga así de forma anual hasta 2020, aumentando su cuota de mercado global del 18% del pasado año al 23% dentro de cuatro. Suiza siguió siendo el principal destino de la riqueza, sosteniendo casi una cuarta parte de todos los bienes en el extranjero a nivel mundial.

Gestoras: atención al cliente

El informe también destaca que, pese al incremento, aunque lento, de la riqueza global, los márgenes medios de ingresos y beneficios de los gestores patrimoniales se han reducido notablemente en los últimos tres años. "Esta evolución pone de relieve la necesidad de que las gestoras aprovechen la oportunidad derivada de tres tendencias principales que marcarán la industria: la regulación, la innovación digital, y el cambio en las necesidades de los clientes de segmentos tradicionales", indican los expertos.

El informe asegura además que los dos grupos de clientes que merecen especial atención por parte de las gestoras patrimoniales son los nuevos inversores (ejecutivos, empresarios o beneficiarios de herencias o acuerdos legales), así como la generación millennial, cuya acumulación de riqueza está en constante aumento.

Del mismo modo, llaman la atención sobre la importancia de segmentar en otros colectivos. Por ejemplo, recuerdan que en 2015 las mujeres ocupaban un 30% de la riqueza privada mundial. Sin embargo, sólo el 2% de los gestores patrimoniales encuestados por la firma asegura considerar a este grupo como un segmento específico, con lo que no estudian sus necesidades concretas de inversión. Del mismo modo, el 50% asegura que no posee una visión clara sobre cómo abordar la generación del milenio en términos de modelo de negocio, servicio o productos.

"En última instancia, con el fin de tener éxito, los gestores patrimoniales tendrán que adoptar una perspectiva más centrada en el cliente, decidiendo cómo segmentar su base actual y los clientes potenciales, e identificando claramente las necesidades de cada uno de ellos para definir propuestas de valor en consecuencia", explica Daniel Kessler desde la firma.

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