El comunicado del Eurogrupo es una concesión al Gobierno de Tsipras para que acepte de una vez por todas las condiciones del rescate para desbloquear el último tramo de 7.600 millones. Según el comunicado, los ministros de Finanzas "celebran la intención de las autoridades griegas de acelerar el trabajo con las instituciones, para concluir satisfactoriamente en tiempo y forma un acuerdo de la revisión del segundo programa de rescate". Sin embargo, las declaraciones de algunos líderes dejan el aire que tarde o temprano sucederá el desastre y Grecia incurrirá en impagos.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, a su llegada a la reunión ha declarado que apenas ha habido progresos en las negociaciones desde el último Eurogrupo de Riga hace tres semanas, aunque ha admitido que sí ha mejorado el clima de diálogo. Y ha añadido que la posibilidad de un referéndum en Grecia sobre el posible acuerdo entre el país y la antigua troika puede ser útil, aceptando el desafío de Atenas. "Si el Gobierno griego quiere celebrar un referéndum, entonces dejémosles celebrar un referéndum. Podría ser incluso una medida útil para que el pueblo griego decida si está dispuesto a aceptar lo que es necesario o si quiere algo diferente", ha explicado para abrir la puerta a una salida del euro.
Las expectativas eran tan bajas para esta reunión que se puede dar por bueno el resultado el ejercicio de autocomplacencia del Eurogrupo. El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, adelantaba antes del cónclave que no iba a ser decisivo pero debía servir para comprobar el compromiso de Grecia sobre las reformas que tiene que adoptar. El francés no ha evitado señalar que existen "diferencias importantes".
Antes de celebrarse la reunión, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, había pedido a Bruselas que se comprometiera a constatar los esfuerzos de Grecia y los avances en las negociaciones, tal como ha sucedido. Además, fuentes del Gobierno han señalado que el país ha pagado los 750 millones que tocaba pagar al FMI antes de la fecha prevista.
Grecia ha salvado una bola de partido, tanto en el terreno político como en el financiero, y con ello gana más tiempo. Sin embargo, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem,ha puesto el dedo en la llaga al explicar que el límite de las negociaciones se sitúa a finales de junio cuando vence la prórroga del programa de la segunda ayuda a Grecia, pero sobre todo cuando el país no puede afrontar el pago de deuda. Atenas ha logrado pagar al FMI pero lo está haciendo con medidas extraordinarias tirando de las finanzas de ayuntamientos y organismos públicos. Y el calendario de vencimientos. De aquí a agosto tendrá que afrontar casi 19.000 millones, una situación que obligará a Tsipras a decidir entre pagar las pensiones y a los funcionarios o pagar la deuda.
La reunión ha estado marcada el plan de contingencia que prepara el FMI prepara un plan para cuando suceda el impago y evitar una fuga masiva de capitales. Un extremo que no ha sido negado por el propio presidente del Eurogrupo que ha afirmado que Bruselas está hablando con los países que rodean a Grecia para adoptar medidas en caso de urgencia.
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