¿Ha llegado una nueva etapa para la inflacion? Fidelity cree que sí

La evolución demográfica y los niveles récord de deuda, junto con los cambios tecnológicos, no dejan mucho margen a las autoridades monetarias para actuar de forma contundente y coordinada en todo el mundo. En EE UU la inflación subyacente ha repuntado al calor de la subida de los precios de los coches y los alquileres, y se dispone a marcar máximos del 2,3% en noviembre, teniendo en cuenta los ajustes a los precios de los datos inalámbricos en el segundo trimestre. Entre los factores que sostienen las expectativas de alza de la inflación en EE UU, cabe citar la fortaleza de la economía mundial, las tensiones en el mercado laboral y los importantes estímulos presupuestarios. «También esperamos que la debilidad del dólar y la fortaleza del crudo de los últimos meses estimulen la inflación, pero su efecto podría invertirse durante los próximos meses si las oscilaciones de las bolsas provocan la revalorización del dólar o el hundimiento del precio del petróleo», , explican Marton Huebler, responsable de análisis cuantitativo táctico, y Tim Foster, gestor de fondos de renta fija de Fidelity. A su juicio, no es ninguna sorpresa que la inflación esté acelerando ahora. «La pregunta es por qué ha permanecido en niveles tan bajos durante tanto tiempo, a pesar del crecimiento mundial por encima de la tendencia, las mayores tensiones en los mercados laborales y los descensos continuados de las tasas de desempleo», plantean. La externalización, la globalización, el comercio electrónico, los patrones laborales no convencionales de la denominada gig economy y la tecnología son factores que los gestores consideran que pueden erosionar el crecimiento de los salarios. «Sin embargo, creemos que la inseguridad laboral y el énfasis de las empresas en la reducción de costes en lugar de la expansión durante este ciclo económico, incluso en sus últimas fases, podrían estar más cerca de la realidad», añaden. «Si en lugar de la inflación de los productos, que está muy influenciada por los movimientos de las divisas y los precios del petróleo y puede emitir señales erráticas, usamos los servicios o representaciones del IPC generadas internamente, el empleo y la inflación muestran una mayor sintonía», sostienen los gestores. Aprobadas en un momento en el que los datos de empleo están confirmando su peso en la inflación, los márgenes empresariales son elevados, la deuda está barata y el crecimiento de los beneficios es sólido, las reformas fiscales del presidente Donald Trump «impulsarán la inflación y permitirán a las empresas repercutir a sus empleados parte de los efectos beneficiosos de las rebajas fiscales en forma de mejoras salariales». Estos estímulos presupuestarios se han lanzado en el punto álgido del ciclo económico, lo que contrasta con su uso habitual como mecanismo de apoyo anticíclico. EE UU ha asistido a más de nueve años de crecimiento continuado y a un vigor económico renovado durante los últimos 18 meses. Tal ha sido la fortaleza de la economía que en muchos indicadores la brecha de producción ya se ha cerrado. Subidas de tipos de la Fed Ahora que por fin se prevé que la inflación aumente en EE UU, ¿aprovechará el nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la oportunidad para subir los tipos más veces (tras su reciente subida del 21 de marzo) y abordar su inflado balance? «Esperamos que la Reserva Federal avance con cautela. Los niveles récord de la deuda mundial y el envejecimiento de la población provocan que las economías sean mucho más sensibles a las variaciones de los tipos de interés que en el pasado. Subir los tipos demasiado podría tener un impacto importante en los rendimientos de los bonos y reducir rápidamente el crecimiento económico real. El taper tantrum de 2013 nos dio una idea de lo rápido que este mecanismo de transmisión puede obligar a las autoridades a dar marcha atrás», aseguran Huebler y Foster. «Esperamos que la Fed lo tenga en cuenta y mantenga su ritmo de subidas moderadas, con dos incrementos más este año. En el caso de que se produzca una caída sostenida del petróleo y las cotizaciones bursátiles, o una desaceleración más pronunciada de lo previsto en China, tres subidas podrían no ser viables a pesar del deseo de la Fed de normalizar los tipos de interés durante este ciclo económico». En la zona euro, el Reino Unido y Japón, las brechas de producción también están cerrándose rápidamente, dando al traste con las presiones deflacionistas de los últimos años, pero las autoridades monetarias no tendrán la libertad de la FED para reaccionar ni siquiera de forma deliberadamente moderada, a juicio de los gestores de Fidelity. «A diferencia de EE UU, la inflación de la zona euro y Japón sigue moviéndose claramente por debajo del objetivo; estas economías necesitarían crecer a toda potencia durante algún tiempo antes de que las fuerzas cíclicas eleven la inflación hasta los niveles deseados por los bancos centrales. La inflación de la zona euro parece haber tocado fondo, pero creemos que tanto la inflación subyacente como la general probablemente converjan en torno al 1,5% a finales de año, lo que nos deja, en el idioma del BCE, una inflación que sigue siendo inferior, pero ciertamente no está próxima al 2%», concluyen.

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