¿Hacia dónde va el oro? Tres factores que apuntan a la baja

El propio posicionamiento del mercado ante el metal precioso, el momentum y las elevadas valoraciones (para algunos), la débil demanda desde India y China, las presiones inflacionarias globales, el repunte del dólar derivado de una Reserva Federal (Fed) cada vez más dispuesta a subir los tipos ante la mejora de la economía…

Muchos son los factores que pueden explicar la deriva del oro en los últimos tiempos, y que han llevado a HSBC a rebajar su previsión de precios para 2015 hasta 1.160 dólares desde los 1.234 iniciales; y también para 2016 hasta 1.205 dólares frente a los 1.275 previos. "Excusas" que no sirven de consuelo para unos inversores que se preguntan si el comportamiento de este metal precioso es una señal de advertencia sobre la incierta recuperación mundial…

Es más, esta firma considera que la presión bajista sobre el oro se mantendrá a corto plazo y "podría incluso acercarse a corta distancia de los 1.000 dólares la onza" antes de recuperarse.

Los analistas de Barclays añaden a estas "explicaciones" la velocidad y la magnitud de los descensos, pero también llaman la atención sobre "varios contratiempos estructurales", por lo que mantienen su "visión bajista sobre el oro", que se asienta sobre tres pilares principales: el oro como divisa, el oro como materia prima y el papel de los bancos centrales.

En primer lugar, la firma explica que al ser visto como moneda, el metal precioso puede verse afectado por los tipos de interés, la fortaleza del dólar y la demanda de "refugios seguros". Consideran que la Fed subirá por primera vez desde junio de 2006 el precio del dinero este mismo mes de septiembre, y esto "pesará sobre los precios del oro".

Tampoco habrá apoyos desde el "billete verde", cuya escalada debería continuar, ni en la demanda de "refugios seguros", pues la crisis de Grecia parece encauzada y, como hemos visto, por el momento las turbulencias del mercado chino no han ayudado al oro a remontar el vuelo.

En segundo lugar, como materia prima, la entidad británica señala que "la demanda mundial de fabricación de oro ha disminuido desde mediados de la década de los 90 y existe una brecha considerable entre oferta física y demanda de fabricación desde 2000, incluso con los bancos centrales manteniéndose como compradores netos".

La clave, destacan, para equilibrar el mercado hasta hace poco habían sido ETFs y recompras por parte de los productores, sin embargo, con flujos negativos desde los primeros y con los segundos terminando sus procesos de cobertura. Las siguientes opciones pasan por un fuerte repunte de la demanda por parte de los emergentes, especialmente China e India, que "aún no se ha visto", ni se espera; o por la oferta: el suelo de precios que mantendría los costes en niveles sostenibles estaría justo por debajo de los 1.000 dólares.

Finalmente, en lo que respecta al papel de los bancos centrales, Barclays se centra en la potencia de compra del chino, cuyas adquisiciones se esperaban mayores "debido a su gran reserva de divisas y la necesidad de diversificar". El gigante asiático es ya el sexto mayor tenedor de reservas de oro, tras Estados Unidos, Alemania, el Fondo Monetario Internacional (FMI), Italia y Francia. La firma espera que sus compras sean graduales y programadas, por lo que es poco probable que causen una tendencia alcista en el metal precioso

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