Aunque ha recuperado los 1,20 dólares, la libra ha vuelto a caer a los mínimos de 30 años que ‘visitó’ tras conocerse el resultado del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (UE). La economía británica ha conseguido, por ahora, evitar la temida recesión que se esperaba ante el Brexit. Y, mientras empresas y grandes industrias, como la financiera o la de gestión de fondos se preparan para el tsunami que supondrá este nuevo statu quo, la Bolsa ‘disfruta’ del impulso que supone la debilidad de la divisa. Sin embargo, la posibilidad de que el ‘divorcio’ se escape de control y, de su mano, el impacto final gana enteros, ante la retórica del Gobierno de Theresa May que apunta a un hard Brexit (Brexit duro), esto es, que deje al país sin acceso al mercado único de la UE. De hecho, los dos primeros fines de semana de 2017 han estado marcados por declaraciones en este sentido, con el Ejecutivo y la Primera Ministra dejando claro su preferencia sobre el control migratorio frente a la relaciones comerciales. Hasta el momento, la premier se ha mostrado reacia a dar detalles sobre como implementará la salida, frustrando y preocupando a legisladores, gestores y analistas. Concreto, el mercado apenas sabe que quiere activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa a finales de este mes de marzo. Lo que sí parece claro es que su postura, férreamente ligada al control fronterizo, se opone a la de sus hasta ahora socios, quienes quieren hacer prevalecer las cuatro libertades de la Unión: la de libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Y la idea de que Reino Unido se quede sin acceso al mercado único (Brexit duro) genera una elevada incertidumbre: “Es imposible determinar a día de hoy las consecuencias económicas y sociales del mismo (…) y esto no ‘gusta’ a los inversores”, recuerda Link Securities. Así, apuntan, el mercado vigila con atención el discurso que dará May este martes y espera extraer ‘pistas’ en este sentido de sus palabras. Libra, economía y Bolsa: ¿ganan los ‘pros’ a los ‘contras’? Mientras tanto, la libra vuelve a ser la primera damnificada de este proceso ‘desconocido’: “El mundo de las divisas se rige desde Londres más que desde Nueva York”, recuerda Ramón Morell, analista de ETX Capital España. “Cualquier referencia a una ruptura contundente con la UE, que priorice el control de la inmigración frente el acceso al mercado común contribuirá a acentuar depreciar la libra”, apunta el Departamento de Análisis de Bankinter, que prevé un rango semanal para la moneda en su cruce con el euro entre 0,87/0,895. Con todo, Capital Economics, cuyas previsiones para la economía de Reino Unido son “más optimistas” que las del consenso, consideran que “los beneficios de la última caída de la libra podrían superar a los costes”. Opinan que “hay pocas señales que indiquen otro hundimiento, o incluso crisis, en el corto plazo”. Si acaso, un mayor endurecimiento de lo esperado de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) podría llevar a la moneda en su cruce con el dólar a los 1,20 para finales de año, “pero es apenas un poco por debajo de donde está ahora”. Por otro lado, en lo que respecta a la Bolsa londinense, reitera su opinión de que “hay margen para mayores ganancias en 2017”. Y es que, el buen comportamiento del Ftse 100 en la segunda mitad del año pasado puede atribuirse en gran parte a que los descensos de la divisa han impulsado los ingresos de los exportadores, ‘viento a favor’ que se mantendrá este ejercicio.
De hecho, Martin Arnold, analista y director del área de divisas en ETF Securities, espera que la libra se fortalezca desde estos “deprimidos niveles. El peor de los escenarios ya ha sido descontado y un Brexit duro sigue sin ser nuestro escenario principal, sino más bien un acuerdo semejante al de Suiza”.
Sin embargo, Chris Williamson, de Markit, recuerda, con los datos de PIB del tercer trimestre (0,6%), que prevalecen las dudas sobre la capacidad de la economía de mantener esta resistencia en 2017. “Se sospecha que la actividad se ralentizará este año ante la incertidumbre sobre el Brexit y el aumento de la inflación”, apunta.
Fusiones, adquisiciones e industria financiera
Mientras tanto, otros ‘actores’ económicos se preparan también para el Brexit, duro o blando… Según un estudio elaborado por Baker McKenzie, la actividad de fusiones y adquisiciones (Merger & Adquisitions, M&A por sus siglas en inglés) caerá “drásticamente” en 2017” ante la incertidumbre sobre los términos en los que se implementará la salida de la UE.
En concreto, el bufete de abogados y Oxford Economics estiman que cederán a 125.000 millones de dólares, frente a los 340.000 millones de 2016.
Recordemos asimismo que, a finales de septiembre, la Investment Association (AI) de Reino Unido hacia público su primer análisis público sobre el impacto del Brexit en la industria de gestión de activos y alertaba del peligro en el que se encuentran miles de empleos y del riesgo de que mucho dinero podría ser ‘repatriado’ hacia la UE.
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