Durante la última semana, según datos de Citi, entraron más de 7.900 millones de euros en fondos de inversión de renta fija, salieron 2.600 millones de Bolsa (2.200 millones de Europa). Buscan los participantes del mercado ‘refugio’ en el que protegerse de la inestabilidad de los mercados financieros ante la posibilidad de que el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (UE) se salde con un ‘sí’ al Brexit, ante las dudas que despierta la Reserva Federal (Fed) y una recuperación económica ‘tambaleante’, con China y el petróleo aún como factores de incertidumbre…
"Dicen que los mercados siempre tienen la razón, con la información disponible", recuerda José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB. Y en estos momentos, añade, "nos dicen que el riesgo se centra en Bolsa y la seguridad es la deuda".
Detrás de esta afirmación señala se encuentran los factores de peligro anteriormente citados, si bien, añade, "valorarse si las bajas rentabilidades a plazo no están influidas por la compra de papel desde los bancos centrales, en un entorno de elevado ahorro y menor oferta neta de papel a nivel mundial por la acumulación de liquidez y debilidad de la inversión, especialmente en los países desarrollados". Por tanto, concluye, "¿quién se atreve ahora a definir riesgo en términos de activos financieros?"
Para Capital Economics gran parte de las caídas a mínimos (justo por encima del 1,1% en el caso del diez años británicos o al 1,6% para los bonos a diez años de Estados Unidos) se explica por la "búsqueda de seguridad en medio de las advertencias sobre las consecuencias económicas y en los mercados de la salida de Reino Unido de la Unión".
Opinan estos expertos que "las apuestas en torno al Brexit se han incrementado en los últimos días, pero todavía la probabilidad más alta sigue del lado de la permanencia, por lo que la salida podría provocar aún fuertes ‘olas’ en los mercados y parece probable que las rentabilidades de los bonos continuarían cayendo ante tal evento". Además, consideran que de producirse la ‘separación’ esto no daría al traste con el ciclo alcista de la Fed, simplemente lo retrasaría.
"Creemos que los la autoridad monetaria estadounidense subirá los tipos en 2017 mucho más de lo que el mercado anticipa para contener la inflación", afirman. De hecho, prevén que las yield de la deuda norteamericana comenzará "a subir bruscamente a finales ya de este 2016" y, aunque dudan que este movimiento se produzca en otros lugares, sí aguardan que las presiones bajistas sobre las rentabilidades se relajen.
Con todo, desde ETHENEA creen que "los mercados de renta fija europea ya han caído, tras los diversos programas de compras del BCE, a unos niveles de rendimiento que no ofrecen ninguna relación razonable con los riesgos. Por consiguiente, evitamos en la mayor medida posible invertir ellos".
Sobre la deuda estadounidense apuntan que si la Fed está ‘por detrás de la curva’ y los precios suben más de lo esperado esto tendría "implicaciones negativas para las inversiones en el tramo largo de la curva de tipos norteamericana. No obstante, en caso de que las alzas de tipos supongan simplemente una vuelta hacia la normalización de la política monetaria, las inversiones en este segmento reaccionarían de manera positiva, pues significaría que tenía la situación bajo control, y las apuestas en deuda estadounidense parecerían muy atractivas comparado con otros países".
Es más, Javier Rillo, gestor de Ibercaja Gestión, afirma que aquellos países, como Alemania o Francia, con rentabilidades negativas en su deuda y crecimiento, son una burbuja y no deberían estar en cartera.
Finalmente, Stefan Kreuzkamp, CIO de Deutsche AM, le pone ‘al mal tiempo buena cara’ y señala que un tipo de interés negativo en los bonos germanos "tiene un beneficio: fuerza a los alemanes a reconsiderar sus hábitos de inversión". Si bien, reconoce que "no hay posibilidad real de tener un interés positivo. Sin embargo, una economía de mercado depende de que los precios transmitan señales precisas. Los programas de QE llevados a cabo desde los bancos centrales han distorsionado la demanda hasta tal punto que ya no es un indicador apropiado de los ahorros y el clima de inversión en la economía".
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