Hace unos días era el Banco Mundial el que nos alertaba del riesgo de crecer menos este año. Y, además de todos los factores que conocemos que influyen en esta revisión a la baja del crecimiento, consideraba sumamente peligroso que buena parte del optimismo económico a futuro descansara en una sola economía. Naturalmente, se refería […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Hace unos días era el Banco Mundial el que nos alertaba del riesgo de crecer menos este año. Y, además de todos los factores que conocemos que influyen en esta revisión a la baja del crecimiento, consideraba sumamente peligroso que buena parte del optimismo económico a futuro descansara en una sola economía. Naturalmente, se refería a la norteamericana.
Ayer fue el FMI el que revisó a la baja su pronóstico de crecimiento mundial, con dos excepciones en el caso de los países desarrollados: la economía española y la norteamericana.
En una reciente conferencia de la Directora Gerente del FMI la conclusión sobre el futuro inmediato de la economía mundial dejaba en el aire varios claroscuros. Por un lado, mostraba su optimismo por el impacto positivo derivado de la caída de los precios del crudo. Por otro, expresaba su cautela ante los potenciales riesgos que van desde la macro a los mercados financieros, sin olvidarnos del enrarecimiento del escenario político. Pero, quizás, lo que mejor reflejaba la ambigüedad en su discurso era la valoración que hace de la economía norteamericana. Optimista por la fuerza de su recuperación, pero cautelosa ante el riesgo de que esto lleve a la Fed a actuar antes de lo esperado. Al final, dejando en aire la comprobación de una frase que decía Bernanke dos años atrás: lo que es bueno para la economía norteamericana, lo es también a nivel mundial. ¿Seguro que la Fed lo sigue manteniendo?.
Pero, retomando el discurso de Lagarde, en la introducción ya deja claro algo que todos sentimos: tras seis años del punto álgido de la Crisis, aún el paro a nivel mundial sigue siendo muy alto. ¿La solución? Aumentar el crecimiento potencial. El crecimiento potencial se compone de productividad, inversión y mano de obra. Por tanto, ser más productivo y facilitar la inversión empresarial productiva son los objetivos a perseguir por las autoridades a nivel mundial. Siendo tan fácil el diagnóstico, es francamente complicado ponerlo en funcionamiento. Por esta razón pide que las autoridades tomen medidas y busquen liderazgo político. Y lo hagan a nivel mundial.
En la Eurozona y en Japón, especialmente. Pero también alerta sobre los riesgos de muchas economías emergentes ante la potencial normalización, más tarde o más temprano, de la política monetaria USA. Y naturalmente advierte sobre los riesgos geopolíticos….¿quién no lo haría tras los recientes acontecimientos en París? La inseguridad ha aumentado a nivel mundial, no sólo en áreas geográficas que parecen muy lejanas.
Para el FMI es imprescindible una combinación de políticas, desde la extrema expansiva a nivel monetario, ajuste fiscal lo más neutral posible a corto plazo con la economía y especialmente enfatizar la política de reformas estructurales. Y cada vez es más urgente, especialmente en el caso de la política de oferta que suponen las reformas estructurales pendientes.
"2015 must be the year of action," Lagarde said. "This means removing deep-seated distortions in labor and product markets; it means revamping creaking infrastructures and building new ones; it means pressing ahead with reforms in education, health, and social safety nets. It also means unleashing the economic power of women."
Y a nivel mundial. Por ejemplo, profundizar en la liberalización del comercio mundial. Sobre el sector financiero mundial, donde la clave ahora debe ser que realmente mejore la financiación por un lado y la calidad de la supervisión por otro.
Tras todo lo anterior, ¿aún tienen dudas? Lamentablemente, todos las tenemos.
José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.