Caja Rural Castilla-La Mancha es una entidad financiera de tamaño medio, con autosuficiencia en la gestión, sin apoyos externos de ningún tipo, e independiente, que pese a la desfavorable coyuntura general de los últimos años, ha conseguido llevar a cabo un importante plan de expansión, en el que todavía se encuentra totalmente inmersa. Gracias a […]
Dirigentes Digital
| 13 oct 2015
Caja Rural Castilla-La Mancha es una entidad financiera de tamaño medio, con autosuficiencia en la gestión, sin apoyos externos de ningún tipo, e independiente, que pese a la desfavorable coyuntura general de los últimos años, ha conseguido llevar a cabo un importante plan de expansión, en el que todavía se encuentra totalmente inmersa. Gracias a este, en menos de tres años, la compañía ha puesto en marcha 152 nuevos puntos de venta en todo su ámbito de actuación, contrarrestando la tendencia actual de cierre de centros de trabajo y restructuración dentro del sector financiero. Concretamente, Castilla La-Mancha, Madrid y Ávila son los territorios escogidos para esta expansión.
La estrategia de la entidad se apoya en una prudente política de dotación de provisiones, un beneficio contenido, una solvencia indiscutible y adaptada a cualquier escenario de riesgo, una de las morosidades más bajas del sistema financiero español y una prestación de servicios muy competitivos. Prueba de esto es que la entidad cerró el ejercicio 2014 con un ratio de solvencia del 13,11%, una posición de liquidez de 1.529 millones de euros y un ratio de morosidad del 3,3%, frente al 12,61% que presentaba el resto del sector financiero a finales de ese periodo. Además, durante el pasado año, la Caja aumentó su inversión crediticia un 17,25%, hasta los 2.895 millones de euros, es decir, 400 millones de crecimiento. Cabe destacar también que la entidad cuenta en la actualidad con 67.000 socios y ha aumentado considerablemente su número de clientes, hasta los más de 400.000 a cierre del año 2014.
Como muestran las cifras, uno de los grandes éxitos de esta cooperativa de crédito ha sido actuar con mucha prudencia en los tiempos de crecimiento económico, sin cometer excesos aun a costa de no dar espectaculares beneficios, siempre buscando las mejores alternativas para invertir el activo de la entidad, manteniendo un bajo perfil de riesgo de crédito. De esta forma, Caja Rural ha estado menos expuesta a determinados riesgos, como el inmobiliario, que en su balance nunca ha superado el 4%.
Fundación Caja Rural CLM
La Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha lleva diez años trabajando para ser una organización sólida y solvente en su compromiso con las personas, promotora de la competitividad en todos los sectores estratégicos de la economía del medio rural, motor de la actividad emprendedora y creación de nuevos negocios y siempre innovadora en su concepción por el desarrollo rural.
En 2014, la Fundación creó el Instituto de Innovación y Competitividad, materializando de esta manera su visión más innovadora e integral del desarrollo rural. En este marco, y de la mano de importantes alianzas institucionales, empresariales y académicas se pusieron en marcha diferentes programas dirigidos a una gran variedad de sectores. En concreto, se llevaron a cabo 26 planes de competitividad para cooperativas agroalimentarias, 40 planes de reactivación de farmacias y 50 comercios formados en marketing y gestión en el Plan de Dinamización del Comercio. Además, la Fundación realizó 30 acciones de carácter social beneficiando a más de 15.000 personas. Por otro lado, La Fundación acaba de presentar la segunda edición del programa Lazarus, plataforma de incubación y aceleración de empresas innovadoras, donde se elegirán proyectos de emprendimiento innovador que se acompañan durante un periodo de tiempo, dándoles todo tipo de servicios para que se conviertan en empresas sólidas.
Por todos estos méritos, el Consejo Editorial de la revista DIRIGENTES le concede el premio en la categoría Eficacia.