En el pasado año 2015 el sector del emprendimiento presenció un récord en el volumen de inversión en startups en España: alrededor de 600 millones de euros, según datos de Venture Watch. "No sólo encontramos cada vez más proyectos liderados por emprendedores en nuestro país, es evidente que despiertan interés entre los inversores; aun así, […]
Dirigentes Digital
| 01 mar 2016
En el pasado año 2015 el sector del emprendimiento presenció un récord en el volumen de inversión en startups en España: alrededor de 600 millones de euros, según datos de Venture Watch. "No sólo encontramos cada vez más proyectos liderados por emprendedores en nuestro país, es evidente que despiertan interés entre los inversores; aun así, todavía son menos de una quinta parte las startups que acceden a fuentes de financiación que no sean fondos propios o de conocidos; así lo corroboran los análisis más recientes de Spain Startup", explica Alfonso López, representante para España de la multinacional ActionCoach.
Sin embargo, esos mismos estudios estiman que sólo el 10% de las startups supera el tercer año de actividad. Para Alfonso López el motivo de la elevada tasa de fracaso se encuentra en la formación: "Los nuevos empresarios que deciden emprender por cuenta propia lo hacen cada vez a una edad más temprana, y de una forma autodidacta. Y si bien tienen un gran conocimiento de su producto, enseguida se topan con problemas, por ejemplo a la hora de tratar con empleados, salir al extranjero, acceder a determinados niveles de financiación, etcétera".
En este sentido, la labor de un ‘coach’ es "ayudar a los emprendedores a convertir su proyecto en negocio, y que ese negocio pueda funcionar sin ellos; pero no dándoles manuales e informes, sino acompañándoles en el proceso de aprendizaje", explica Alfonso López. Para conseguirlo, desde ActionCoach apuntan cinco aspectos clave a tener en cuenta: