Que el mercado inmobiliario vuelve a tener tirón es una evidencia. El encarecimiento tanto de los alquileres como de los precios de compra apunta a que el negocio de la vivienda tiene atractivo y, sobre todo, que vuelve a existir demanda entre la población. En concreto, un estudio de Casaktua indica que el 37% de […]
Dirigentes Digital
| 24 abr 2018
Que el mercado inmobiliario vuelve a tener tirón es una evidencia. El encarecimiento tanto de los alquileres como de los precios de compra apunta a que el negocio de la vivienda tiene atractivo y, sobre todo, que vuelve a existir demanda entre la población. En concreto, un estudio de Casaktua indica que el 37% de los españoles tienen intención de mudarse en los próximos meses. Esta conclusión se divide entre el 24% de los españoles que quieren comprar una vivienda y el 13% que prefieren alquilar. Este crecimiento de la demanda empuja los precios y, para los españoles, incita a pensar que se puede estar ante los mismos errores que provocaron la crisis que se inició hace diez años. El 82% de los encuestados por Casaktua afirman que están de acuerdo o muy de acuerdo con que las condiciones del mercado de la vivienda son similares a las de antes de 2008. Según el informe, este temor está relacionado con que el 86% considera que los precios de venta de la vivienda han subido, mientras que en el caso del alquiler el porcentaje que percibe un encarecimiento se eleva al 89%. De esa forma, para el 73% de las personas que prevén cambiar de residencia comprar es mejor opción que alquilar. Además, la impresión de que hay una subida de precios también tiene que ver con que la oferta de vivienda nueva se haya reducido para seis de cada diez españoles. Para la directora comercial de Casaktua, Chus de Miguel, se trata de una percepción que está influida por las subidas en términos generales. De Miguel defiende que las subidas se producen en zonas determinadas, como en el centro de las grandes ciudades y en la costa, mientras que en otras áreas con menor demanda aún deben producirse bajadas de precios. Así, afirma que, lejos de estar ante una burbuja, los precios se sitúan un 44% por debajo de los máximos que se marcaron en 2007. Esa situación y la diferencia entre los encarecimientos entre unas zonas y otras alejan la perspectiva de una posible crisis. A pesar de ello, De Miguel considera que, de haber riesgo, se produciría antes en el mercado de alquiler, debido a que existe mucha demanda y poca oferta.