A final de año Abengoa salvó la primera bola de partido para hacer frente al pago de nóminas y proveedores con un préstamo de urgencia por parte de la banca de 113 millones. Lo necesario para continuar su actividad hasta enero. Y ahora tocaba que los bonistas inyectaran otros 100 millones a la compañía para […]
Dirigentes Digital
| 26 feb 2016
A final de año Abengoa salvó la primera bola de partido para hacer frente al pago de nóminas y proveedores con un préstamo de urgencia por parte de la banca de 113 millones. Lo necesario para continuar su actividad hasta enero. Y ahora tocaba que los bonistas inyectaran otros 100 millones a la compañía para dar oxígeno a la compañía e intentar cerrar un pacto con los acreedores antes del 28 de marzo, fecha en la que termina el plazo de preconcurso de acreedores. Pero los bonistas no han cedido y la compañía se encuentra sin liquidez para pagar las nóminas de febrero a sus trabajadores y cubrir las necesidades más urgentes.
El presidente de Abengoa, José Domínguez Abascal, ha escrito un correo electrónico a sus trabajadores que no percibirán sus nóminas de febrero, que estaban previsto cobrarlas el próximo lunes. El dirigente ha indicado que "desafortunadamente los esfuerzos que está llevando a cabo Abengoa para conseguir la liquidez necesaria para el pago de todas las nóminas que vencen a final del mes de febrero aún no han dado resultado".
Y ha añadido que "soy consciente del grave perjuicio que esto causa a un gran número de empleados de Abengoa y espero que en los próximos días podamos resolverlo, os mantendré informados para indicaros la fecha en la que se producirá el pago".
La empresa se encuentra en plenas negociaciones con los acreedores para evitar el concurso de acreedores y había presentado un plan de viabilidad en el que admitía necesidades de capital por 1.107 millones hasta 2017 y reducir en 6.000 millones de deuda, en forma de quita o capitalización de deuda. La noticia de impago de las nóminas indica que las conversaciones están lejos de un acuerdo. Según la hoja de ruta de las negociaciones, los bonistas debían haber inyectado 100 millones en estos días a la compañía, pero exigían unos intereses por el préstamo del 25% y garantías por la filial estadounidense Atlantic Yield, compañía que ya está en prenda en beneficio de los bancos por el anterior préstamo.
Abascal apuntaba en su escrito que "estamos en la recta final para cerrar un preacuerdo para la reestructuración financiera de Abengoa y confío en que seremos capaces de lograrlo en los próximos días y que a partir de él podamos garantizar la viabilidad futura de Abengoa".