Santander, Telefónica, Iberdrola, Repsol o Gas Natural. La expansión internacional ha sido el gran salvavidas de las grandes compañías españolas en los últimos años de crisis. Y no había nada que hiciese sentirse más orgulloso al directivo de turno en la presentación de resultados que el descenso del peso de España en los ingresos de […]
Dirigentes Digital
| 27 oct 2014
Santander, Telefónica, Iberdrola, Repsol o Gas Natural. La expansión internacional ha sido el gran salvavidas de las grandes compañías españolas en los últimos años de crisis. Y no había nada que hiciese sentirse más orgulloso al directivo de turno en la presentación de resultados que el descenso del peso de España en los ingresos de la empresa.
Sin embargo, todo eso puede cambiar a partir de ahora. A la conquista de nuevos mercados se suma ahora las mejores perspectivas para la economía nacional. Y eso, sin duda, es una buena noticia para las valoraciones de los analistas. En 2009, el peso del mercado español en los ingresos del Ibex 35 era del 48%. Y ahora apenas representa el 27%, con datos a cierre del primer semestre recopilados por Gesconsult.
A partir de ahora, y con el aumento de la demanda interna, que esas cifras suban de nuevo no será un estigma para las compañías, sino todo lo contrario. "Los resultados serán mejores porque España dejará de aportar negativamente: las previsiones apuntan a crecimientos del +21,2% en 2015 y del +14,3% en 2016, superiores a los crecimientos esperados tanto para EEUU como para Europa y con mayores posibilidades de revisiones al alza", explica Lola Jaquotot, gestora de Gesconsult.
Pasado y futuro
Según los datos manejados por la firma, en 2003 Latinoamérica representaba el 21% de los ingresos de las compañías cotizadas en el Ibex 35, una cifra que ahora ha aumentado hasta el 29%. La Unión Europea, que hace 10 años suponía un 9%, ahora representa un 21%, mientras que otros mercados internacionales suponían el 5% y ahora el 23%.
Es cierto que esta diversificación ha servido para paliar los efectos de la crisis en los resultados empresariales. Pero los expertos coinciden en que la economía mundial también está cambiando por lo que las empresas deben también adaptarse al nuevo entorno internacional.
Según el informe España goes global de Pwc, los directivos españoles estiman que en 2033, el peso de las exportaciones sobre la facturación de las empresas españolas habrá crecido un 72% y que los ingresos de sus filiales en el extranjero habrán aumentado un 89%.
Las cifras de la internacionalización son firmes. En los últimos veinte años, hemos pasado de no tener ninguna multinacional a contar con casi 2.500. Y en los últimos diez, las empresas españolas con filiales en el extranjero han crecido un 66%. De tal forma que, actualmente, España se sitúa como el quinto país del mundo por su grado de internacionalización (comercio exterior más inversiones directas), al mismo nivel que Alemania y por delante de países como Francia o Canadá.
Pero hay que seguir adaptándose. Primero, por el creciente dominio de las multinacionales originarias de países en vías de desarrollo, hasta ahora ausentes de los principales rankings mundiales. Desde PwC señalan además la proliferación de pymes con una identidad puramente global, más incluso que algunas grandes corporaciones.
En este escenario, desde la firma aseguran que las empresas españolas deben ampliar su foco, sin perder el tren de Asia y África con "una gestión estratégica y proactiva de la internacionalización en lugar de hacerlo de forma oportunista y obligada por la crisis". A su juicio, "la internacionalización debe afianzarse como un elemento planificado, no solamente en el Ibex 35, sino en todo el tejido empresarial".