Como se esperaba por los datos que se han conocido durante estos meses, los principales motores de crecimiento de Europa están gripados. Francia y Alemania han publicado los datos de PIB del tercer trimestre. La primera economía del continente creció un nimio 0,1% y esquiva la recesión técnica después de anunciar en el segundo trimestre una caída del 0,2%. Destatis ,el instituto alemán de estadística, ha aprovechado para revisar la cifra de mayo a junio y situarla al -0,1%. La entidad señala que la economía alemana que la mejora de las exportaciones y el aumento del consumo privado han contribuido a revertir la tendencia a la baja. Sin embargo apunta que la debilidad se sitúa en la necesidad de inversiones para fomentar el crecimiento.
El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, anunció hace unos días nuevas inversiones en infraestructuras de 10.000 millones adicionales hasta 2018, después de que Ángela Merkel reconociera la gravedad de la situación. Sin embargo, el Ejecutivo alemán garantiza que la medida no aumentará la deuda ni pondrá el peligro la estabilidad financiera.
Por su parte Francia, para quien también se esperaba nubarrones, creció un 0,3% en el tercer trimestre, después registrar un estancamiento en el segundo trimestre. La cifra es mejor de lo esperado. El Banco de Francia e instituciones privadas preveían que no alcanzara esta cifra. Sin embargo, el Insee ha reconocido que durante el segundo trimestre bajó un 0,1%.
El gasto de las administraciones públicas francesas, que había ascendido un 0,5% entre abril y junio, se aceleró al 0,8% entre julio y septiembre, señala el instituto estadístico, que lo atribuye al consumo de medicamentos y de servicios sanitarios.
El consumo de los particulares, por su parte, progresó un 0,2% en el tercer trimestre, tras haberlo hecho un 0,3% en el segundo. La razón de esa ralentización fue la menor expansión de los gastos energéticos (1,2% en lugar del 2,2%) y una caída del gasto alimentario (-0,3% tras 0,9%). La inversión descendió un 0,6% entre julio y septiembre, cuando lo había hecho un 0,8% en los tres meses precedentes.
El Gobierno galo estima que la economía francesa cerrará el ejercicio con un crecimiento del 0,4%. El ministro de Finanzas, Michel Sapin, ha explicado que el dato de PIB "sigue siendo demasiado débil para garantizar la creación de empleo que necesita nuestro país". Por eso, insiste en que "la prioridad del Gobierno es trabajar para más crecimiento y más empleo de forma duradera en Francia y en Europa. Ése es el sentido de mi acción a nivel nacional, es el debate que llevo a mis socios europeos".