Los nuevos tiempos se imponen en la forma de hacer negocios. La falta de tiempo, el estrés o la imposibilidad de regresar a casa a la hora de la comida han propiciado que muchos empleados opten por comer fuera. Una decisión que, a pesar del desembolso que supone, alrededor del 13% de la nómina, no […]
Dirigentes Digital
| 24 ene 2018
Los nuevos tiempos se imponen en la forma de hacer negocios. La falta de tiempo, el estrés o la imposibilidad de regresar a casa a la hora de la comida han propiciado que muchos empleados opten por comer fuera. Una decisión que, a pesar del desembolso que supone, alrededor del 13% de la nómina, no asegura encontrar alternativas sanas y variadas. Ese fue el punto de partida que animó a Pablo Samaranch junto a su amigo Eduardo Liviano a fundar ApetEat, una startup dedicada a elaborar y repartir comida en la oficina. Una simple llamada desde Barcelona, -donde vivía Pablo-, a Lima para contactar con su amigo de toda la vida, fueron suficientes para volver a reencontrarlos después de que un familiar le pidiera ayuda en una empresa de envío de comida a domicilio. “Analizamos el mercado en Madrid y comprobamos que no había un actor clave y de referencia en el sector del food delivery especializado en empresas”, comenta a DIRIGENTES Samaranch. La conclusión del análisis fue precisa: existía una oportunidad con un potencial aún sin descubrir. Y ese fue el contexto que les animó a adentrarse en el ecosistema emprendedor. Con una inversión inicial de los propios socios fundadores de 50.000 euros y una ronda de financiación a través de FFF (Friends, Family and Fools’) de 78.000 euros, la plataforma fue lanzada en mayo de 2016, muy cercana a las vacaciones de verano y las jornadas intensivas. Sin embargo, este hecho no impidió el despegue de esta empresa que, en el momento actual gestiona 4.500 pedidos mensuales. Desde primera hora de la mañana un grupo de nueve personas, distribuidas entre cocina y estructura, trabajan para atender todos los encargos. La dinámica es sencilla. El usuario elige el menú a través de la página web de ApetEat siempre antes de las 12:30 del mismo día y, una vez que se notifica al equipo, la comida preparada por chef profesionales, es entregada en dos turnos por 14 repartidores autónomos antes de las 13:00 y de las 14:00 horas, respectivamente. La oferta incluye entrantes, platos principales, postres y extras. “Cuando creamos ApetEat teníamos claro que queríamos que también fuese una empresa socialmente responsable”, indice Samaranch. Precisamente el compromiso con la sociedad es uno de los principios sobre los que se asienta su dinámica de trabajo. El excedente de comida que está a punto de caducar lo donan a la Fundación RAIS, enfocada a proporcionar techo y comida a las personas sin hogar. De manera paralela, colaboran con la Fundación Salto que se encarga de reinsertar en el mercado laboral a personas que sufren alguna enfermedad mental. En su constante apuesta por la innovación, también cuentan con otros dos servicios recién implantados: Cantina digital, una plataforma personalizada para que los empleados de una determinada empresa puedan ver toda la oferta a unos precios más bajos, según lo pactado con ésta; y ApetEat Corner, una iniciativa que permite a las compañías acondicionar un determinado espacio dentro de sus instalaciones a modo de comedor. Presumen de que el haber cerrado 2017 de manera positiva les ha abierto muchas puertas. De hecho, la última ronda de financiación la han cerrado con 300.000 euros. “Cada vez hay más aceleradoras , business angels y firmas de capital riesgo apoyando nuestros equipos con ideas increíbles”, añade. Aunque por ahora solo operan en los principales núcleos empresariales de Madrid como Alcobendas, Las Tablas, Sanchinarro, Campo de las Naciones y la mayoría de códigos postales del interior de la M-30, no descartan su expansión a otras ciudades españolas e incluso dar el salto a otros países en un largo plazo. Una meta para este 2018: multiplicar por cinco el volumen de pedidos online.