El ministro de Hacienda de Argentina, Alfonso Prat-Gay, había anticipado el 22 de febrero un acuerdo "con la tercera parte" de los fondos que reclaman en Estados Unidos el pago de títulos en default. "Hemos podido cerrar con una mayoría. El juez Thomas Griesa tomó nota. Sigo siendo optimista", dijo en la ocasión Mauricio Macri, […]
Dirigentes Digital
| 02 mar 2016
El ministro de Hacienda de Argentina, Alfonso Prat-Gay, había anticipado el 22 de febrero un acuerdo "con la tercera parte" de los fondos que reclaman en Estados Unidos el pago de títulos en default. "Hemos podido cerrar con una mayoría. El juez Thomas Griesa tomó nota. Sigo siendo optimista", dijo en la ocasión Mauricio Macri, presidente de los argentinos desde el 10 de diciembre de 2015.
Reinicio de las negociaciones
El país deudor se comprometía a pedir la aprobación del Congreso de un bono de 15.000 millones de dólares, estimando que la deuda total rondaría los 20.000 millones y que podría lograr una reducción de cerca del 25% para llegar a ese valor.
El 29 de febrero, el mediador Dan Pollack informó que la quita era aceptada y que Argentina tendría plazo hasta el 14 de abril para pagar US$ 4653 millones a los fondos Elliot Management (de Paul Singer), Aurelius Capital, Davidson Kempner y Bracebridge Capital.
La deuda con estos fondos llegaba a USD 6000 millones. "Nos tomó 8 semanas resolver una cuestión que llevaba casi 15 años sin ser resuelta", dijo Prat-Gay, tras afirmar que se pagará con bonos y "no con reservas del Banco Central".
Ahora, la batalla interna
Mauricio Macri, un exempresario y exalcalde que lidera una agrupación política liberal desarrollista, es el primer mandatario que inicia un movimiento conciliatorio con los acreedores en los últimos años.
Para emitir los bonos, no obstante, precisa de la aprobación del Congreso y del Senado, donde deberá articular con el kirchnerismo, variante del peronismo que ha rechazado históricamente todo acuerdo con los fondos.
La líder de esa corriente, Cristina Fernández, fue mandataria dos veces seguidas tras la muerte de su marido, el peronista Néstor Kirchner. Sus seguidores dicen estar "en la resistencia" contra el nuevo presidente. Ninguno de ambos grupos políticos tiene mayoría parlamentaria.
Trayectoria de una deuda
Sostener el default de 2001 (de 144.000 millones de dólares, declarado por el también peronista Adolfo Rodríguez Saá) se convirtió en una política de Estado para el matrimonio Kirchner. La intransigencia de ambos llevó a que un 93% de los acreedores aceptase (en 2005 y 2010) una reducción de hasta el 70% de la deuda total que recibieron.
El 7% restante, el núcleo duro, no aceptó la quita y transfirió sus títulos a los fondos buitre, que apelaron a la Justicia de Estados Unidos para cobrar la totalidad y ganaron la causa en 2014. A pesar del fallo judicial, la entonces mandataria se negó a pagar, llevando al país a un nuevo default, en este caso "técnico".
Con el acuerdo logrado ahora por las nuevas autoridades, el país reabre las posibilidades de crédito internacional. Pero aún quedan tareas pendientes, como la anulación de las medidas cautelares que impiden el pago a los bonistas reestructurados.
De cualquier manera, este principio de acuerdo emite una señal positiva para la comunidad internacional, a comenzar por Estados Unidos (Obama visitará Argentina el 22 de marzo). Pollack elogió a ambas partes. De Macri dijo que "fue nada menos que heroico" y a Singer lo consideró "un negociador duro, pero justo".