China y Japón ya no son regiones aisladas, todo el continente asiático y la zona del Pacífico crecerán este año por encima de la media mundial, y también el siguiente. Estas son las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que espera un avance conjunto del 5,5% en 2017 y del 5,4% en 2018, tres décimas […]
Dirigentes Digital
| 10 may 2017
China y Japón ya no son regiones aisladas, todo el continente asiático y la zona del Pacífico crecerán este año por encima de la media mundial, y también el siguiente. Estas son las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que espera un avance conjunto del 5,5% en 2017 y del 5,4% en 2018, tres décimas por encima del ejercicio anterior. La economía global sonríe a los países de Asia, el crecimiento de las regiones avanzadas les beneficia como exportadores, y la mejora en los emergentes también como proveedores de materias primas. “Las señales de crecimiento en la región se están acelerando. El reto ahora es fortalecer y mantener en el tiempo este buen momento”, explica Changyong Rhee, director del organismo para Asia y el Pacífico. China continuará liderando el crecimiento mundial apoyada en las políticas públicas expansivas. La demanda interna seguirá ganando peso para el gigante asiático frente a las exportaciones (China redujo un 26,2% su superávit comercial en el último año), lo que se traducirá en un avance de su actividad del 6,6% en 2017 y del 6,2% en 2018. El FMI predice cierta desaceleración en comparación a los ejercicios anteriores debido al enfriamiento del mercado inmobiliario, a cierto parón en el avance de los salarios y del consumo y a los altos niveles de déficit fiscal. Por su parte, Japón crecerá un 1,2% en 2017, sostenido por la política fiscal expansiva (el Gobierno ha pospuesto la subida del impuesto al consumo hasta octubre de 2019), aunque frenará en 2018 hasta el 0,6%. En el mismo sentido, India crecerá un 7,2% durante los dos próximos ejercicios, y Corea mantendrá sus niveles en torno al 2,7%. La otra cara de la moneda son los riesgos que podrían poner en peligro este rallie alcista. Las principales vulnerabilidades de los mercados asiáticos vienen por parte de los altos niveles de endeudamiento, tanto público como privado. El estímulo fiscal previsto en EEUU y la consecuente inflación podrían acelerar la política de normalización monetaria de la Reserva Federal (FED), lo que llevaría a sucesivas subidas de tipos y al incremento de los costes de financiación para estas economías. Un dólar fuerte no sólo afectaría a la deuda ya existente, sino también a la inversión en unas regiones con grandes necesidades y un sector privado todavía débil. Otro punto de tensión serán los giros proteccionistas de las políticas comerciales en los países desarrollados. La zona de Asia es especialmente sensible a estos cambios por su apertura hacia el exterior y su integración en las cadenas de valor como proveedor de materias primas. Si se llegarán a materializar las trabas o aranceles podrían penalizar a las exportaciones y a la inversión. “Una transición demasiado brusca en China o las tensiones geopolíticas podrían debilitar el crecimiento en el corto plazo”, explica el FMI.