El primer gran problema que España genera a Europa es la inestabilidad política. El futuro Ejecutivo a corto plazo debe consolidar la recuperación económica y la creación de empleo. En los últimos años España se ha descarriado en cuanto a las demandas económicas de la UE. El equipo de Mariano Rajoy se había comprometido a […]
Dirigentes Digital
| 22 jul 2016
El primer gran problema que España genera a Europa es la inestabilidad política. El futuro Ejecutivo a corto plazo debe consolidar la recuperación económica y la creación de empleo. En los últimos años España se ha descarriado en cuanto a las demandas económicas de la UE. El equipo de Mariano Rajoy se había comprometido a situar el déficit en el 4,2% del PIB y al final se disparó hasta el 5%, un desajuste de casi 10.000 millones de euros.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIRef) prevé por su parte que el déficit para este año oscile entre el 4,1% y el 4,7%, muy por encima de los objetivos marcados desde Bruselas al Gobierno. En el peor de los escenarios la desviación podría alcanzar los 10.000 millones. Detrás de este desequilibrio se encuentra una menor inflación a la prevista, la rebaja fiscal de Montoro y el descontrol del gasto en las Comunidades Autónomas.
Por ello, el culebrón de la multa por el incumplimiento del déficit en 2015 entra en un nuevo episodio al confirmar la Autoridad Fiscal que el objetivo para este ejercicio se desviará cerca de un punto. El Ejecutivo comunitario estaría dispuesto a conceder un año extra para reducir el déficit por debajo del 3% a cambio de que la sanción no sea cero.
Portugal
En Portugal, el nuevo gobierno socialista ha tenido que limar varios de aspectos del nuevo presupuesto propuesto para este 2016. La Comisión Europea ya expresó sus dudas sobre el borrador presentado, y Portugal ha tenido que tomar nuevas medidas fiscales para que Bruselas dé su aprobación a los presupuestos.
De entre todas las medidas recogidas en el borrador, era la reducción del déficit el punto de conflicto entre Bruselas y el Gobierno de Antonio Costa. Y es que el nuevo gobierno socialista esperaba reducir el déficit hasta el 1,1% del PIB, apenas un tercio de lo solicitado por Bruselas. Por ello, la Comisión ha llegado a un acuerdo con Portugal, por el que finalmente el déficit estructural deberá reducirse entre un 0,3 y el 0,6%, y para financiar esta medida el gobierno deberá iniciar una subida generalizada de impuestos indirectos. Tras este acuerdo, Portugal subirá los impuestos al tabaco y a los combustibles.
Portugal podría protagonizar un nuevo caso Grecia. Actualmente su deuda representa el 130% del PIB, solamente superada por Italia (132%) y, como no podía ser de otra manera, Grecia (177%). El déficit público de Portugal en 2015 ha sido del 4,4% sobre el PIB, 1,4 puntos porcentuales por encima de lo que señala el Tratado de Maastricht. Además, a todo esto debemos sumarle que el crecimiento económico del país se ha ralentizado en los últimos trimestres, mientras que la tasa de paro lleva tres trimestres consecutivos sin caer del 12,3%.
La presidenta del Fondo Monetario Internacional ya previó esta posibilidad. A principios de abril Christine Lagarde avisaba a Portugal del peligro de que la agencia de calificación brasileña DBRS bajase su calificación.
El FMI propuso a Portugal preparar un ‘plan B’ para no incumplir sus objetivos de reducción del déficit público de 2016, y le instó a aplazar el fin de algunas medidas de austeridad. El objetivo de este plan secundario es que no se cumplan las estimaciones de Lagarde que vaticinan que Lisboa cerrará el año con su déficit en el 2,9%, siete décimas por encima de la meta fijada por el Ejecutivo portugués, el cual era del 2,2%.
Italia
En Italia, las cosas no van mucho mejor. Italia ha recuperado la estabilidad política gracias al primer ministro Matteo Renzi, pero su sistema financiero zozobra, y con él la posibilidad de relanzamiento de su economía. "Los principales escollos de Italia son la altísima deuda pública (135% de su PIB), crecer más (cerraron 2015 con un pobre 0,8%) y aumentar la competitividad", explica para DIRIGENTES Silvia Merler, experta en economía europea del think thank bruselense Bruegel.
A principios de junio, el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, confirmó que el Gobierno estaba negociando con la Comisión Europea todas las formas de intervención pública autorizada por la normativa comunitaria para apoyar al sistema bancario italiano. Los bancos italianos han acumulado en sus cuentas alrededor de 360.000 millones de préstamos fallidos brutos y en la Bolsa de Milán el índice del sector ha perdido más del 50% de su valor desde principios de enero.
Grecia
La situación de Grecia es sin duda la más extrema de todos los periféricos. El Parlamento griego ha aprobado la reforma de su sistema de pensiones, ha subido los impuestos directos e indirectos para aplicar un ajuste de 5.400 millones anuales y alcanzar un superávit del 3,5% en 2018. El nuevo paquete legislativo se compone de las reformas de las pensiones y de los impuestos directos y de los indirectos, tal y como prevé el programa del tercer rescate firmado en verano.
Por su parte el Eurogrupo ha garantizado a Atenas un alargamiento de vencimientos y periodo de carencia sobre su deuda, pero solo a partir de 2018 a cambio de que el país cumpla con las reformas acordadas.