El gigante asiático ha permitido que los fondos de pensiones estatales inviertan en renta variable (con un límite del 30% de su patrimonio), en un movimiento que potencialmente podría insuflar miles de millones de yuanes al debilitado mercado local. Sin embargo, los inversores esperaban más medidas de estímulo, como una inyección directa de liquidez o […]
Dirigentes Digital
| 24 ago 2015
El gigante asiático ha permitido que los fondos de pensiones estatales inviertan en renta variable (con un límite del 30% de su patrimonio), en un movimiento que potencialmente podría insuflar miles de millones de yuanes al debilitado mercado local. Sin embargo, los inversores esperaban más medidas de estímulo, como una inyección directa de liquidez o un nuevo recorte de tipos, y ahora dudan de la capacidad de estas autoridades para implementar una política monetaria capaz de impulsar la economía.
Y es que, más allá de la inestabilidad registrada en los últimos dos meses en la Bolsa china, la principal preocupación de los mercados es que se produzca un "aterrizaje brusco" en la actividad del país. "El gigante asiático se desacelera pero nadie sabe realmente la magnitud del parón. Ese es el quid de la cuestión, porque si nos encontramos ante un aterrizaje brusco, estamos hablando de una bomba de relojería", advierten los analistas de Bankinter.
Por otra parte, añaden estos expertos, no debemos olvidarnos del temor que despiertan las consecuencias a nivel global del "parón" chino: "Caídas en los precios de las materias primas, contagio a otros países emergentes, penalización de las compañías exportadoras, etc.", enumeran.
Coincide Daniel Pingarrón, estratega de IG, al señalar que "más allá de los desequilibrios y las tensiones que aparecen en las finanzas chinas, lo que realmente temen los inversores es que el país desacelere significativamente su crecimiento. Si China pasase de crecer a ritmos del 7,5% a hacerlo a ritmos del 4 o 5%, el efecto sobre la economía mundial sería similar a si Estados Unidos entrase en recesión".
También es de la misma opinión Kit Juckes, estratega jefe de divisas de Société Générale, quien afirma que "los mercados temen una mayor debilidad económica en China", además de más descensos en las materias primas e incertidumbre en torno a la política monetaria de la Fed y del Banco Popular de China.
"La divergencia entre los precios de las commodities y la Bolsa no es un tema nuevo, pero el peligro ahora es que comiencen a re-correlacionarse, como hicieron durante el estallido de la burbuja de las puntocom en el año 2000 y en lo que fue previamente una crisis de los emergentes que se convirtió en una recesión en Estados Unidos", explica este analista.
Reconoce, no obstante, que la alternativa de que el crecimiento norteamericano sea suficiente para que la demanda de materias primas y la disminución de la oferta estabilice los precios, "pero, en el corto plazo, nos encontramos ante una desaceleración en China que lastra a las commodities y amplía la debilidad al resto de activos del mercado profundizando la aversión al riesgo".
En este sentido, Pingarrón recuerda que "en los últimos tiempos, tras impulsos correctivos tan acusados como el actual, han aparecido fuertes rebotes. Es probable que estemos ante un escenario similar en el ámbito técnico. Pero falta porque se produzca la chispa que lo haga posible, y que tiene que venir de China, en concreto, del comportamiento de sus mercados".
A todos nos preocupa China, añade José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en Espala, sobre todo si tenemos en cuenta tamaño de su deuda externa, el hecho de que su economía suponga el 16% del PIB mundial y que hasta el momento es el país más poblado. "Cifras para no bajar la guardia", reconoce. Ahora bien, llama a la calma, con un dato que puede ser "tranquilizador": cuenta con una importante cantidad de reservas de divisas (3,5 billones de dólares). "Sí, yo sigo esperando que las autoridades chinas aprueben más medidas monetarias (y fiscales) de choque para estabilizar su mercado y facilitar la consolidación de la economía", concluye.
Por su parte, Capital Economics considera que "aunque el panorama económico no es tan débil como generalmente se cree, sin embargo, esperamos que la Bolsa de Shanghai finalizará el próximo año por debajo de los niveles actuales". Consideran que si algo parece claro en la situación actual del mercado chino es que los esfuerzos de las autoridades para rescatarlo "están fallando". Así, afirman que "el Gobierno tiene que trabajar más duro para generar ganancias" en la renta variable.
"Los mercados chinos no han destacado en los últimos años a pesar del rápido crecimiento económico, debido a la pobre gobernanza, los bajos estándares de divulgación y una historia de intervenciones oficiales que ha favorecido la inversión especulativa frente a la basada en fundamentales. La Bolsa despego hace un año cuando los inversores reaccionaron no a las señales económicas, sino a las señales del Gobierno", explican estos expertos.
Así, tendiendo en cuenta estos antecedentes esperan que el Shanghai cierre este 2015 en niveles de 3.000 puntos y en los 3.250 el próximo año.
Victoria Mio, gestora del fondo Robeco Chinese Equities, señalaba tras conocerse la devaluación del renminbi llevada a cabo por las autoridades chinas, que "en un horizonte a largo plazo, una moneda más débil puede impulsar los ingresos y las ganancias de los exportadores. Pero en el corto plazo, es probable el sentimiento de mercado siga siendo débil".
Explicaba esta experta que "la depreciación de la moneda ha obligado a muchas posiciones de carry trade a deshacerse, lo que puede causar pérdidas para los exportadores. Además de la estabilidad del renminbi hay otra gran pregunta para los inversores. ¿Cómo va el gobierno a dejar de intervenir en los mercados de valores? Por ejemplo, para cuando reanudar las salidas a Bolsa, cuando permitir la actividad de cortos, es probable que sea el determinante más importante de los mercados de acciones clase A en el corto plazo".
Mio estima que la economía va a mostrar una mejora a partir del cuarto trimestre de este año, con una mejora sostenida del mercado de valores como resultado. "A corto plazo esperamos que el mercado de valores de Hong Kong permanezca más volátil que los mercados de acciones clase A. Podemos ver salidas en los mercados bursátiles offshore".