Retomo esta expresión que ayer mismo escuche al Primer Ministro chino. Naturalmente, él la rechazaba para su país. Pero es evidente que es la principal amenaza (que no la única) a la que se enfrenta la economía mundial en los próximos meses. ¿Razones? ya las conocen: dos ajustes pendientes (exceso de capacidad y exceso de […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Retomo esta expresión que ayer mismo escuche al Primer Ministro chino. Naturalmente, él la rechazaba para su país. Pero es evidente que es la principal amenaza (que no la única) a la que se enfrenta la economía mundial en los próximos meses.
¿Razones? ya las conocen: dos ajustes pendientes (exceso de capacidad y exceso de deuda privada) y escaso dinamismo a nivel mundial. Naturalmente, China puede tomar medidas contundentes (también el Primer Ministro nos hablaba ayer de ellas). Pero hoy por hoy o se han mostrado de una eficacia limitada o simplemente no han aparecido. En política monetaria, la expansión crediticia se enfrenta a la fragilidad de los balances de las entidades financieras y el elevado tamaño de la deuda privada. Además, la expansión monetaria se enfrenta a la necesidad de seguir interviniendo para mantener la moneda. Por lo que respecta a la política fiscal, ya hemos comprobado en el caso de Brasil que la realidad puede llegar a limitar el teórico margen de maniobra de unas finanzas públicas saneadas. La credibilidad hace el resto.
Vamos a ser claros: el riesgo de hard landing en el crecimiento mundial es ahora mayor que hace unos meses. Pero es aún poco significativo. De hecho, los dos escenarios alternativos más probables en los próximos meses se mueven entre la moderada recuperación y moderada recesión a nivel mundial (cuando el crecimiento es cercano al 2,0%). Y esto tiene un impacto a corto plazo en los mercados, cuestionando su tendencia al alza. Sólo cuestionando en mi opinión. Claro que mientras tenemos más información que añada certidumbre, la inestabilidad se convertirá en una variable más con la que tienen que convivir los inversores.
Ayer les intentaba explicar el porque de nuestra mayor cautela hacia el escenario económico a corto plazo; entre la fortaleza del crecimiento de Estados Unidos y la debilidad de la economía china. Aparentemente, casos extremos que llevan a cuatro potenciales escenarios…
Entre la Gran divergencia, con la economía norteamericana fuerte y la china débil (el escenario actual) hasta la Gran Recesión, donde ambas economías se debilitan. No es el escenario que esperemos. Pero, hay otros dos que tampoco parecen factibles al exigir una mayor fortaleza de la economía china. Incluida la posibilidad de que las autoridades chinas intervengan masivamente para soportar su economía con coste para las economías desarrolladas, comenzando por un desplome de su moneda y/o compra de activos que obligue a reducir reservas (ahora en divisas y activos de países desarrollados, especialmente Estados Unidos).
Claro que, entre la Gran Divergencia y la Gran Recesión pueden existir posiciones intermedias como la relación económica Estados Unidos/China permita. Nosotros nos inclinamos por una combinación de fuerte moderación del crecimiento chino y limitada moderación del crecimiento del resto (y Estados Unidos). Un escenario que podría ser absorbido aunque con dificultades por los mercados, siempre que los bancos centrales lo faciliten. Y me refiero a todos los bancos centrales, comenzando por la Fed.
José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España.