Todo apuntaba a que 2015 iba a ser un año redondo para el sector del automóvil pero, aunque globalmente los resultados no han sido malos, sí ha habido regiones del mundo que se han comportado peor de lo esperado, y algunas de ellas tienen mucho peso en el conjunto. En este lado negativo tenemos en […]
Dirigentes Digital
| 23 may 2016
Todo apuntaba a que 2015 iba a ser un año redondo para el sector del automóvil pero, aunque globalmente los resultados no han sido malos, sí ha habido regiones del mundo que se han comportado peor de lo esperado, y algunas de ellas tienen mucho peso en el conjunto. En este lado negativo tenemos en primer lugar a China, el mercado soñado por los vendedores de cualquier tipo de producto desde hace tiempo, que ha ralentizado mucho su crecimiento. Es verdad que todavía lo hace a un ritmo superior al resto de países, pero los grandes constructores ya hicieron sus números con previsiones más optimistas y ahora no les cuadran las cuentas. Los fabricantes exclusivos, como Rolls-Royce o Bentley, son quienes más han sufrido la situación porque, de las pequeñas cantidades que producen, el gigante asiático absorbió ya un porcentaje muy alto en 2014.
Mucho más preocupante es el caso de Rusia, donde la inestabilidad geopolítica provoca sobresaltos continuos y las gráficas de ventas muestran afilados dientes de sierra que hacen difícil tener una planificación rigurosa. A eso hay que añadir las constantes fluctuaciones del rublo, capaces de arruinar el mejor negocio de un plumazo.
El tercer punto conflictivo se encuentra en Brasil, un lugar donde miraban todos los inversores con codicia hace sólo unos pocos años y que se ha convertido en uno de los fiascos más espectaculares, pues ni la organización del Campeonato del Mundo de Fútbol ni los próximos Juegos Olímpicos van a suponer el impulso que todos daban por hecho para este país que, supuestamente, era el motor de Latinoamérica. Por si fuera poco, los escándalos de corrupción permanentes que afectan a sus líderes políticos agudizan esa precaria situación.
A este trío que ha defraudado las esperanzas de la industria podríamos añadir, en un plano infinitamente menos duro, India, una región inmensamente poblada y, por tanto, con un buen potencial de consumo. Si bien crece con cierta solidez, las ventas de vehículos todavía marchan a una moderada velocidad de crucero.
Lo bueno es que, en el otro lado de la balanza, las cosas han funcionado mejor de lo que se podía imaginar en el pasado reciente. Europa, aunque también vive una época de incertidumbres, se ha mostrado fuerte en el mercado del automóvil, lo mismo que Estados Unidos, y entre ambos han tirado del carro hasta compensar lo que han podido perder los otros.
Puede leer el reportaje completo en el especial 30 Aniversario de la revista DIRIGENTES, ya en su quiosco