El Banco Central Europeo (BCE) tiene la dura tarea de tener a raya la inflación sin descuidar el crecimiento económico. Durante los difíciles años de la crisis, su política monetaria ha pasado de subir los tipos de interés hasta el 5% (en la era de Jean Claud Trichet) a bajarlos hasta mínimos históricos. Las reticencias […]
Dirigentes Digital
| 29 oct 2014
El Banco Central Europeo (BCE) tiene la dura tarea de tener a raya la inflación sin descuidar el crecimiento económico. Durante los difíciles años de la crisis, su política monetaria ha pasado de subir los tipos de interés hasta el 5% (en la era de Jean Claud Trichet) a bajarlos hasta mínimos históricos. Las reticencias del BCE a bajar los tipos chocaban con las medidas de urgencia adoptadas por la Reserva Federal, que comenzó a bajar los intereses.
En 2012, Mario Dragui, ya al frente del BCE, afirmaba que "dentro de nuestro mandato, estamos preparados para hacer lo que sea necesario para salvar el euro. Y créanme, será suficiente". Con estas palabras, el mercado se tranquilizaba y volvía la confianza en el futuro del euro. La continua bajada de tipos y la inyección de liquidez a los mercados se tradujo en miles de millones de beneficios para los inversores más avispados.
A este asunto se ha referido Joseph Stiglitz. El premio Nobel de Economía aseguraba, en declaraciones a Bloomberg, que el mayor riesgo al que incurren este tipo de políticas tan expansivas es que aumenta la brecha entre ricos y pobres y puede "hacer a los ricos más ricos".
En Estados Unidos, la brecha que separa a las mayores fortunas de los pobres está aumentando, según apunta Bloomberg. Por el momento, sólo Chile y Turquí le superan. Y es lógico ya que el valor de los bonos, acciones y fondos está aumentando y, por norma general, quien puede permitirse comprar esta clase de activo es la clase más adinerada.
Si nos fijamos en la Unión Europea, España es el país donde más aumenta la brecha, medida por el coeficiente de Gini.
William White, exjefe del Banco Internacional de Pagos, señala que estas medidas no convencionales de la política monetaria tienen grandes posibilidades de conseguir unos objetivos no esperados, como el incremento de la desigualdad.
White también señala que los problemas de Europa no se solucionan sólo con la política monetaria: "si tienes problemas de demasiado endeudamiento y un sistema financiero roto, decir que puedes utilizar la política monetaria para arreglar los problemas estructurales es una ilusión peligrosa".
Piketty y la desigualdad
El economista francés Thomas Piketty aseguró en su obra maestra, Capital in the Twenty First Century, que la desigualdad es un problema creciente en nuestra época. En su libro, un best seller en materia de economía, afirma que la brecha entre los ricos y los pobres cada vez se agranda más debido a nuestro modelo económico: el capitalismo.
Su tesis fue rompedora porque acaba con el estigma de que el crecimiento económico va unido a la igualdad.