Después de la filtración de los ‘Panamá papers’ y justo antes de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI, que comienzan mañana, el informe de Oxfam es sumamente revelador. El 75% de las empresas que reciben fondos de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) ?brazo crediticio para el […]
Dirigentes Digital
| 15 abr 2016
Después de la filtración de los ‘Panamá papers’ y justo antes de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI, que comienzan mañana, el informe de Oxfam es sumamente revelador. El 75% de las empresas que reciben fondos de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) ?brazo crediticio para el sector privado del Banco Mundial- para proyectos en Africa Subsahariana, utiliza paraísos fiscales en sus actividades.
El paraíso fiscal más popular entre las empresas cliente de la IFC es Mauricio: el 40% de los clientes de la IFC que invierten en el África subsahariana tiene vínculos con este paraíso fiscal. Mauricio es conocido por facilitar el denominado ’round-tripping’, método por el cual un inversor envía su dinero a un paraíso fiscal para luego invertirlo de nuevo en el país de origen como inversión extranjera directa, beneficiándose de exenciones fiscales y otro tipo de incentivos financieros.
Oxfam destaca que, "el África subsahariana es la región más pobre del mundo y necesita de forma desesperada ingresos generados por el impuesto de sociedades para invertir en servicios públicos e infraestructuras", explica en su informe.
"No tiene sentido que el Grupo del Banco Mundial invierta dinero en promover inversiones en ‘desarrollo’ entre las empresas para, luego, hacer la vista gorda ante el hecho de que estas mismas empresas podrían estar privando a los países pobres de unos ingresos fiscales muy necesarios para combatir la pobreza y la desigualdad", afirma Susana Ruiz, asesora sobre políticas fiscales de Oxfam.
"El grupo del Banco Mundial no debería arriesgarse a financiar empresas que están eludiendo y evadiendo el pago de impuestos en el África subsahariana y en otros países del mundo. Debe garantizar que sus clientes puedan demostrar que están pagando los impuestos que les corresponden", añade.
La IFC invirtió más de 86.000 millones de dólares de dinero público en países en desarrollo entre 2010 y 2015; un 18,6% en el África subsahariana. Entre otros sectores, la IFC centra una parte significativa de su negocio en los mercados financieros, las infraestructuras y las industrias agroalimentaria y forestal.
Aunque la IFC promueve el cumplimiento de unos estándares mínimos medioambientales, sociales y de información en el sector privado, el público aún carece de acceso a información acerca de dónde acaba más de la mitad de la financiación de la institución, puesto que esta se provee a través de intermediarios financieros opacos.
La IFC también se enfrenta a importantes dificultades a la hora de medir su impacto total en el ámbito del desarrollo y garantizar que los proyectos que financia no perjudican a las comunidades locales. Asimismo, tal y como este informe de Oxfam muestra, el Grupo del Banco Mundial aún tiene mucho por hacer para garantizar que sus clientes sean contribuyentes responsables. Oxfam hace un llamamiento a la IFC para que establezca nuevos estándares a fin de garantizar que solo invierte en empresas con prácticas tributarias responsables.