La banca ha sido la gran damnificada de la corrección bursátil en este turbulento inicio de año, aquejada no solo por las dudas sobre su rentabilidad, sino incluso por las de los problemas de solvencia de algunas entidades como Deutsche Bank. Las caídas en Bolsa podrían haber generado una oportunidad de entrada para los inversores. […]
Dirigentes Digital
| 18 mar 2016
La banca ha sido la gran damnificada de la corrección bursátil en este turbulento inicio de año, aquejada no solo por las dudas sobre su rentabilidad, sino incluso por las de los problemas de solvencia de algunas entidades como Deutsche Bank. Las caídas en Bolsa podrían haber generado una oportunidad de entrada para los inversores. Pero, ¿ha llegado el momento de confiar en el sector?
"Las políticas de bajos tipos de interés suponen un reto para el negocio bancario, porque limitan la rentabilidad de la banca minorista pura". Son palabras del número dos de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, que se suman a las críticas de otros directivos de la industria como Maria Dolores Dancausa de Bankinter, sobre las últimas medidas anunciadas por el BCE.
Es un hecho. Las medidas expansivas presionarán los márgenes de las entidades en su ansiosa búsqueda de dinero fresco. De hecho, la banca tendrá que aumentar sus créditos en al menos un 2,5% de cara a enero de 2018 si quiere acceder a las facilidades del organismo monetario.
"A pesar de las facilidades monetarias ofrecidas por el BCE, recientemente incrementadas en la reunión de marzo, la oferta crediticia o bien no encuentra la demanda necesaria o bien es una oferta excesivamente rígida y temerosa que no aprovecha las políticas expansivas para incrementar sus carteras de créditos", explica Jaime Díaz de XTB.
A su juicio, la nueva vuelta de tuerca de Mario Draghi, apretando más aún los tipos de interés, debería incrementar la formalización de créditos a tipo fijo, reduciendo la volatilidad tanto de clientes como de entidades y favoreciendo nuevas bajadas de morosidad tanto en el corto como en el medio plazo.
Sin embargo, el experto considera que "el principal impedimento que podría cruzarse en el camino de la caída de la mora, sería una ralentización económica más severa de lo esperado y una gran volatilidad en los mercados financieros". Según explica, "con todo el peso en el lado de la oferta monetaria, a la demanda le faltan incentivos para aprovechar las ventajosas condiciones crediticias e incrementen su deuda, que no debería suponer un galimatías para devolverse con los tipos en la situación actual".
Martin Dropkin, responsable de Análisis de Deuda Corporativa de Fidelity International, considera que "el sector financiero sigue enfrentándose a riesgos importantes, incluidas unas pobres perspectivas de crecimiento e inflación, diversas formas de exposición al sector energético y una menor liquidez en los mercados de bonos". A su juicio, la debilidad del sector también puede derivar en una mayor debilidad de la economía real, debido a mecanismos de transmisión que pueden hacer que las inquietudes del mercado terminen materializándose. "No sorprende, pues, que la normativa siga siendo un factor de peso, pero dado que insta a las empresas a aumentar sus colchones de capital, podría suponer un apoyo para las rentabilidades a medio plazo", explica.
En el mismo sentido se manifiestan los expertos de Natixis Global AM, recordando cómo la media del ratio de capital Tier I de la banca europea rondaba el 5% -6% hace unos años, frente al 11%-13% que ronda en la actualidad. "Los bancos están ahora mucho mejor capitalizados", explican, "y sus balances son hoy mucho más fuerte que hace 8 años".
Otros que prefieren guardar el pesimismo sobre el sector son los analistas de Bankinter, que han actualizado recientemente su recomendación sobre la banca hasta ‘comprar’ desde ‘vender’. Los expertos calculan que el T-LTRO 2 se traducirá, a su vez, en un aumento del margen de intereses superior al +6%, derivado de este ahorro en el coste de financiación medio.
Impacto en la capitalización
Según sus cálculos, y tras las recientes caídas en Bolsa del sector, el mercado podría esperar una revalorización media de la capitalización bursátil de la banca europea superior al 25% en los próximos 12 a 18 meses. Pero cuidado. Solo se beneficiarán del ansiado rebote aquellas entidades que cumplan con ciertos requisitos: tener un coste de financiación elevado o superior a la media, una mayor dependencia de la financiación mayorista o un "Loan-to-Deposit ratio" superior al 100%, contar con un mayor peso relativo de la cartera de bonos a vencimiento "ya que esta parte del activo es menos sensible a los tipos de interés de activo), además de aquellas entidades cuyo peso de activos improductivos ("NPA’s") tenga un mayor peso sobre el activo total. Teniendo en cuenta estos parámetros,
Bajo estos parámetros, sus principales apuestas son los grandes bancos italianos, "cuyo coste de financiación tiene uno de los mayores potenciales de mejora entre los grandes bancos europeos". Además de Intesa, su valor preferido en Europa es Unicredit.
Su segunda gran apuesta es, de manera sorprendente tras las dudas sobre la entidad, Deutsche Bank. "Cotiza con un descuento superior al 60% sobre su valor en libros y los indicadores de riesgo crediticio han mejorado notablemente desde el anuncio del BCE (el CDS a 5 años cotiza en 125 puntos básicos frente a 250 puntos básicos alcanzados en enero)", indican los expertos.
En banca nacional, apuestan por entidades cuya fuente principal de ingresos proviene de España, con especial exposición al negocio de empresas como Popular y Sabadell. Además de estas, también se verán beneficiadas en su cotización aquellas entidades que puedan entrar en futuros procesos de consolidación, como Liberbank en España y Monte dei Paschi di Siena en Italia, "aunque sólo recomendamos estas opciones de inversión para los inversores más agresivos y/o especulativos".